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Actualizado: 23 de julio de 2025


La mayor porte se dirigía á la Carrera. Es porque allí estaba el club más concurrido, el más agitado, el más popular de los clubs: La Fontana Se Oro. Ya entraremos también en el café revolucionario. Antes crucemos, desde el Buen Suceso á los Italianos, esta alegre y animada Carrera de los Padres Jerónimos, que era entonces lo que es hoy y lo que será siempre: la calle más concurrida de la capital.

Que esos locos de la Fontana van á pasear el retrato de Riego con música y todo. La autoridad ha prohibido esa procesión, y ellos dicen que la habrá. Veremos quien gana. Ya anda la gente por ahí alborotada y pronto hemos de ver el tumulto.

Hoy tenemos sesión extraordinaria en la Fontana. Se trata de pedir al Rey que nombre un Ministerio exaltado, porque el que está no nos gusta. Tendremos discurso de Alcalá Galiano. Aquel andaluz feo... Si, ese mismo. El que el mes pasado dijo: No haya perdón ni tregua para los enemigos de la libertad. ¿Qué quieren esos espíritus obscuros, esos...? Y por aquí seguía con un pico de oro....

Pedían solemnemente la destitución de un ministro, el nombramiento de una autoridad. Demarcaron los dos partidos moderado y exaltado, estableciendo una barrera entre ambos. Pero aún descendieron más. Como en la Fontana se agitaban las pasiones del pueblo, el Gobierno permitía sus excesos para amedrentar al Rey, que era su enemigo.

De fijo llamaría su atención que una gran parte de los ociosos, que en aquel sitio se reúnen desde que existe, lo abandonaban á la caída de la tarde para dirigirse á la Carrera de San Jerónimo ó á otra de las calles inmediatas. Aquel público iba á los clubs, á las reuniones patrióticas, á La Fontana de Oro, al Grande Oriente, á Lorencini, á la Cruz de Malta.

Enemigo do asonadas tumultuosas, había tomado sus medidas para impedir la procesión. Una parte del pueblo se agolpó junto á su casa en la noche del 17, atronando toda la calle con espantosa cencerrada. ¡Serenata á Morillo! dijo Calleja saliendo de la Fontana y reuniendo toda la gente dispuesta para el caso que por allí pasaba. No sabemos por donde vino; pero allí estaba Tres Pesetas.

Reflexionando entonces Lázaro que su grande objeto, hablar y confundir á Bozmediano, no lo podía conseguir, viendo entrar desconocidos en una casa desconocida, se retiró, dirigiéndose á la Fontana para asistir á la gran sesión de que su tío le había hablado.

Las mujeres se transformaban con una valorización creciente, apareciendo más seductoras a cada puesta de sol, como si el trópico comunicase nueva savia a las hermosuras decaídas, como si la proa del navío, al partir las olas buscando las soledades del Ecuador, se aproximase a la legendaria Fontana de Juventud soñada por los conquistadores.

La onza semestral del Doctrino perecía en Lorencini ó en la Fontana en dos días de café, chocolate y jerez; pero después Javier escribía un artículo tremendo sobre la soberanía nacional para comprarle unas botas al poeta clásico, y el mismo Doctrino sacaba de un misterioso bolsillo un doblón de á cinco para atender á las necesidades amorosas de Javier, que tenía pendiente cierta cuestión con la hija de un coronel de caballería, hombre atroz y fiero como un cosaco.

También en los jardines de Aranjuez se celebraban algunas veces estas fiestas de corte. Se ha conservado hasta nosotros otra relación detallada de uno de estos brillantes espectáculos, que se dió aquí en el año de 1623 para solemnizar el nacimiento de Felipe IV. El director de escena fué el arquitecto italiano César Fontana.

Palabra del Dia

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