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Actualizado: 24 de julio de 2025
Quedó convenido que a la mañana siguiente, muy temprano, Rosa y Pepa, que así se llamaban las que presentaban su candidatura al honor de criar a Antonio Reyes, estarían en la capital del concejo, dispuestas a montar en el coche en que las llevaría Bonifacio a la ciudad, para que fueran registradas por el médico, y la de mejores condiciones recibiera el exequatur facultativo y el nombramiento oficial de Emma.
Soy amigo viejo de tu familia, fuí condiscípulo de tu padre.... Oyelo bien: ¿sabes a quién debo la carrera? Pues a tu abuelo. Ya verás que no puedo venir a esta casa por interés. Mira, muchacho: no vuelvas a hablarme de eso. Pero, doctor.... ¡Qué pero ni qué peras! ¡Cuánto agradecí al facultativo su desinterés!
Recogidos, ordenados e ilustrados por Francisco Rodríguez Marín, socio facultativo de El Fok-Lore Andaluz. 5 tomos 8.º, 25 y 27 pesetas. Contiene: Nanas, o coplas de cuna. Rimas infantiles. Adivinanzas. Pegas. Oraciones, ensalmos y conjuros amorosos. Requiebros, declaración, ternezas, constancia, serenata y despedida.
Precisamente el pobre Sr. Rufete está sufriendo ahora una crisis bastante peligrosa». La del ruso cruzó las manos, y miró al techo. «El señor facultativo está haciendo ahora la visita... Le hablaremos, veremos lo que dice. Si él consiente... Pero no lo consentirá. No conviene que usted vea a su señor padre ahora. Más tarde... Siéntese usted, tranquilícese.
Solo es facultativo de la potestad real conceder licencia temporal ó absoluta para el aprovechamiento de estas pesquerias, como mares que pertenecen á sus dominios. Abiertos los ojos con conocimiento práctico de la mucha utilidad de este comercio, ha de atraer interesados á su aprovechamiento.
Una mañana se presentó en casa el doctor Sarmiento; iba muy de prisa, muy de prisa; llamó a la puerta, y dijo a señora Juana: ¿Rodolfo? ¿No está en casa? Pues ¡ea! decirle que le espero esta noche... que le necesito... ¿eh? No me hice esperar. El facultativo estaba en su gabinete, hojeando no sé qué libracos. Vaya, muchacho, llegas a buena hora. Cenarás conmigo.
Poniéndole la mano en el hombro, el facultativo dice a Rufete: «Basta, basta ya de violencias. Ya hemos dicho que seremos amigos, siempre que usted no se me salga de las vías legales... El país le hará justicia... Calma, serenidad. Si pudiera usted dejar el poder por unos cuantos meses, ¡qué bien nos vendría a los dos! Nos dedicaríamos a curar radicalmente ese constipado...
Sí; ¡el horrible viejo me seguía! las escaleras son estrechas y empinadas; caí, di con la cabeza en la barandilla, y casi me he roto una mano; pero al fin estoy aquí; aquí, con usted que me defenderá. No la pregunté más. ¿Y para qué? Todo estaba explicado. Envié a Mauricio por un facultativo que se encargó de la curación de Amparo y de Mustafá.
Al mismo tiempo que Isidora contaba sus desdichas al inocentísimo Canencia, ocurría no lejos de allí un hecho que, con ser muy triste, no afectaba grandemente a los que lo presenciaban. Eran éstos el Director facultativo, el administrativo, un practicante, alumno de Medicina, el capellán y un enfermero. El moribundo, pues de morirse un hombre se trata, era Rufete.
Chillingworth se dirigió sin vacilar á su enfermo amigo, y poniendo la mano en el seno de éste, echó á un lado el vestido que lo había mantenido cubierto siempre, aún á las miradas del facultativo. Entonces fué cuando el Sr. Dimmesdale se estremeció y hasta se movió ligeramente.
Palabra del Dia
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