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Actualizado: 18 de junio de 2025


Mis ensueños navegan por el mar infinito de la eternidad, dulcemente sometidos a la brújula que Dios me ha dado. Si estas palabras no sirven para revelarte el estado de mi espíritu, inventa las que quieras para reflejarlo, en la seguridad de que no existe en el vocabulario término alguno que alcance a reflejar mi éxtasis, el arrobamiento de este amor mío.

Una vez alcanzado el éxtasis, el alumbrado se tornaba impecable y le era lícita toda acción cometida en tal estado... Las afiliadas de la secta vestían de beatas con toca y sayal pardo.

Sinembargo, salta á la vista la diferencia profunda de las dos razas en materia de gusto, si se observan con atencion las ciudades de los dos tipos, tales como Ginebra y Zuric. El espiritualismo aleman es mas bien de fantasía ó imaginacion y exagerado que práctico y natural. Sueña con éxtasis, perdido en las nebulosas, adora la música y la poesía; y sinembargo se distingue por su mal gusto.

Su cuerpo, como sostenido por alguna presencia sobrenatural, se fue arrodillando, muy lentamente, y sus ropas blancas se arrollaban en el suelo. La cara, tan blanca como la ropa, se puso en éxtasis. Adriana retrocedió, no pudo gritar.

Azorín ha visto que la monja gruesa le enseñaba el papel a la morena y que ésta sonreía con una sonrisa suave, con una sonrisa divina, enseñando sus blancos dientes, poniendo en éxtasis los ojos. ¿De qué sonreía esta monja? Han subido al tren las dos jóvenes y se han quedado en tierra las dos viejas. La locomotora silba. Unas y otras se han despedido y se hacían recomendaciones mutuas.

La pudibunda timidez del padre Juan, el horror que le inspira la idea de turbar la paz de las conciencias y su amor al orden y al sosiego, no consienten que perciba ni que ponga en claro con toda nitidez el vago y maravilloso concepto de Dios, que ha surgido en su alma, que la arrebata en el éxtasis y que la enamora sobrenatural y ultramundanamente.

Yo le arremangaba la larga manga de la casaca de seda de color de hoja muerta, y hacía viajar mis labios devotos por la piel fresca de sus bellos brazos; y después, sobre el diván, enlazados, pecho contra pecho, en un éxtasis mudo, sentíamos las maravillas de cristal resonar eólicamente, las palomas azules arrullarse en los plátanos, y el fugitivo ritmo del arroyo murmurador...

De cuando en cuando un clamor prolongado y vivo le arrancaba a su suave éxtasis y afectaba dolorosamente su corazón. Era la gritería de la plaza de toros. «¡Dios mío!, ¡es posible! se decía aludiendo a la guerra , que a aquello lo llamen gloria y a esto aludiendo a los toros lo llamen placerCapítulo XIX

El más pequeño lamía el cristal con éxtasis delicioso, con los ojos cerrados. Esa se llama pitisa dijo uno en tono dogmático. ¡Ay qué farol!; si eso es un pionono, si sabré yo.... También aquella escena enterneció a la Regenta. Siempre sentía apretada la garganta y lágrimas en los ojos cuando veía a los niños pobres admirar los dulces o los juguetes de los escaparates.

Chateaubriand decia muy bien: el mismo bronce, la ruda campana, nos inspira cierta melancolía dulce y religiosa, cierto éxtasis indefinible, cuando es intérprete de los sentimientos cristianos. La poesía cristiana no nos ofusca, no nos arrebata; nos llama, nos atrae, nos acaricia: no nos seduce; nos persuade; no nos alucina, nos duerme.

Palabra del Dia

estaquis

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