Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de junio de 2025


Y ya comenzaba a recitar con labio balbuciente un capítulo de la historia sagrada cuando vino a interrumpirlas Manín. Entró con su eterna chaqueta verde, calzones cortos, su gran calañés mugriento, haciendo temblar el piso con los zapatones claveteados. A esta indumentaria, arcaica ya en la provincia, debía gran parte de su notoriedad y la fama de terrible cazador de osos que había tenido.

Valentina me esperaba y busqué a Valentina en el pueblo del colegio. Llevaba el espíritu enfermo y agitado bajo la influencia de los tormentos por que había atravesado y la realidad de un sueño de juventud iba a darme la eterna felicidad. Llegué y busqué la casa de Valentina. Ya no habitaba su familia en ella. Averigüé y la encontré al fin.

El feroz materialista, el producto bravío de la Naturaleza en lucha eterna con la sociedad, sin duda se había escondido entre bastidores. Pero cuando al fin salieron de aquella casa y se vieron solos en la calle, ¡entonces que rieron a su gusto! Cada cual recordaba una frase patibularia de Moreno, alguna de sus maldiciones y amenazas contra el orden religioso y político.

No habrá mas razon para existir el universo, que para no existir: ser y nada serán indiferentes: y no se concibe, por qué ha debido prevalecer la existencia. Para la nada, es evidente que no se necesita nada; ¿por qué pues no hay una nada absoluta y eterna?

Tiene la belleza fuerte y calina de la madurez; el luengo manto vela apenas su cara algo marchita, donde arden los ojos negros con una llama de locura bella y eterna.

Nápoles no le parecía gran cosa al compararla con otras ciudades célebres italianas. Su verdadera belleza era el golfo inmenso, entre colinas de naranjos y pinos, con un segundo marco de montañas, una de las cuales extendía sobre el azul del cielo su eterna cimera de vapores volcánicos. El caserío no abundaba en edificios famosos.

SANCHO. Obligada llevo el alma Y la lengua, gran señor, Para tu eterna alabanza. FELIC. En fin, vos, ¿no os casaréis? PELAYO. Yo, señora, me casaba Con la novia deste mozo, Que es una lumpia zagala, Si la hay en toda Galicia; Supo que puercos guardaba, Y desechóme por puerco. FELIC. Id con Dios, que no se engaña. PELAYO. Todos guardamos, señora, Lo que... FELIC. ¿Qué?

Ya, cuando lo de la jubilación, fundada en una enfermedad que no tenía, le había costado gran trabajo arreglar sus papeles y pedir recomendaciones, y la jubilación era cosa temporal... con que la salvación del alma, la jubilación eterna como quien decía ¡apenas iba a exigir esfuerzos, expedientes, y también recomendaciones!

Auvray continuó: «Ya ve usted señorita, que la conozco. ¿Y a usted, jamás le ha dicho su instinto de mujer que muy cerca de usted, en la casa de enfrente, había un joven que poseyendo algunos bienes, vive solo y aislado y necesita un corazón amante y cariñoso que sepa comprenderle? ¿No ha adivinado usted que aquí había un hombre capaz de dar su sangre, su vida, y su alma al ángel que bajase del Cielo para llenar el vacío de su triste existencia, y cuyo amor no sería un capricho profano y ridículo, sino una adoración eterna?

La respuesta no era dudosa. Con Dios se iban las almas después de los santos ejercicios. Sánchez Morueta hablaba de éstos. Los primeros días estaban dedicados á meditar sobre el pecado mortal, la muerte y el infierno. Después se meditaba con ayuda de aquel libro sobre la gloria eterna y la misericordia de Dios.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando