Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de julio de 2025


Pero, en fin, Giraud, ¿por qué es usted tan severo con ese joven que, según usted mismo confiesa, no ha hecho nada que justifique ese juicio? Es un instinto, señor, y eso no se discute. Hay en la calle de al lado un estanco al que yo iba todos los días, desde hace diez años, á comprar mi paquete de rapé.

Yo conozco un capellán de monjas, ancianito, buen cristiano, y que convierte gente mala, porque tiene un pico de oro, un gancho del Cielo que es un primor; el cual curita me está diciendo siempre que le busque un ama de fundamento... Decídete; ¿estampería, estanco o religión con llaves?». Isidora no contestó nada, porque ni siquiera oía lo que Encarnación hablaba. Después nombraron a Mariano.

No era rico, ni de él podían esperarse solitarios para las orejas ni entresuelo amueblado; mas tampoco sería imposible sacarle unos cuantos duros al mes. Su estanco estaba en sitio céntrico, debía de producir bastante... la mujer muy vieja... Nadie es capaz de prever hasta dónde puede llegar un anciano tocado de la tarántula amorosa.

Rosita se ha distinguido y ha prosperado menos desde que es autónoma; pero tampoco se duerme en las pajas. Sigue con el estanco, y por comprarle tabaco, hasta los que antes no fumaban, ya fuman, y la Tabacalera hace en Villalegre doble o triple negocio. Por comprarle sellos de correo no hay villalegrino que no escriba hoy más cartas de las que solía escribir.

Pero, en fin, si quiere usted hacerle proposiciones... Yo le ayudaré a usted. Me consta que la muchacha tiene la querencia de las tablas; vamos, que se pirra por el teatro. Poco después Cristeta, que sin saberlo acababa de probarse la voz, calló, concluyendo de peinarse con su acostumbrada gracia; hecho lo cual salió al estanco y comenzó a vender.

Así llegó a tener fama de bonita, sin que nadie pudiera jactarse de haber conseguido de ella una mirada cariñosa. Era lista y comprendía perfectamente, de un lado, que no le convenía incurrir en el desagrado de sus tíos ni desacreditarse a fuerza de coqueteos; y de otro, que no podía encontrar con facilidad, entre los hombres que frecuentaban el estanco, quien honrosamente mejorase su suerte.

Aquel cortijo, cercado de portales llenos de vacas, acaso será el Estanco..... Pero no extiendas más la vista, que la casa inmediata pertenece ya á otro pueblo. ¿Qué te parecen estas poblaciones, á ti que estás acostumbrado á las apiñadas villas y aldeas andaluzas ó castellanas? ¿No te parece mucho más propio para gozar de la vida campestre este caserío diseminado, que aquel colmenar de tristes é insalubres casuchas, donde se vive en forzosa vecindad con la grosería, la estupidez y el desaseo?

Preguntó mi mujer con picante curiosidad. Ese bedel, conserje ó lo que sea, contesté á mi compañera, me dice que vayamos al estanco, en donde nos darán un billete, cuya presentacion es indispensable para visitar el edificio. El billete en cuestion nos costará un franco á cada uno. Mi mujer agrió el gesto de un modo visible.

Y no era lo malo que doña Frasquita hiciese medias, sino que luego se las ponía. ¡Qué diferencia entre aquellas groseras fundas de algodón, con que cubría sus escuálidas piernas, y las mallas que apretaban y contenían los bien formados encantos de Mariquita! ¡Oh amor, cómo pusiste al pobre don Quintín! ¡Desde la guerra de Troya no había hecho la pasión tan cruel estrago en un hogar como lo hizo en aquel estanco!

Lucía fue derecha al rojo reverbero del estanco, y acercándose a la caja de madera que hacía de buzón, echó en ella la epístola. Al punto mismo, sintió, como una tenaza que le oprimía el brazo y se volvió. Miranda estaba allí. ¿Qué es esto? murmuró él con voz sorda . Sola... aquí.... ¿qué haces? Nada... pronunció ella balbuciente. ¿Nada? ¿pues no acabas de echar una carta en el buzón?

Palabra del Dia

hilaban

Otros Mirando