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Después de apagar el fuego, que pudiera descubrirlos a los salvajes que quizás hubiera por aquellos contornos, se tendieron en la yerba y esperaron impacientes la luz del nuevo día para seguir buscando a sus compañeros. Aunque estaban cansadísimos, no pudieron cerrar los ojos en toda la noche. Sus inquietudes, lejos de calmarse crecían de momento en momento.

En vano esperaron los socios noticias. En toda la noche no parecieron por allí ni Ronzal, ni Fulgosio, ni Bedoya, que, según se decía, eran los padrinos, amén de Frígilis. Era verdad.

Nosotras procedemos de otro modo, por entusiasmo, por cariño; cuando se nos interesa el corazón no queremos ver las dificultades. Por mi parte, aunque no tuviese usted empleo ninguno, aunque fuese un pobre de la calle, bastaría el afecto que le tengo para que le entregase a mi hija sin reparar en nada. Esperaron, pues, pacientemente a que Sánchez se ablandara.

No hay que perder tiempo gritó Martín, dando una patada en el suelo . Ella sola o con usted. ¡Hala! En seguida. La señorita dejó el fusil a Martín y, en unión de su madre, comenzó a marchar por la carretera. El extranjero y Martín esperaron, luego fueron retrocediendo sin disparar, hasta que, al llegar a una vuelta del camino, comenzaron a correr con toda la fuerza de sus piernas.

Una vez allí, se pasó un recado a don Santos para que se presentase inmediatamente; otro al penitenciario. Cuando ambos acudieron, el padre, la hija y estos dos señores, Manuel Antonio y Jovita Mateo salieron ocultamente de Lancia por la carretera de Castilla. Después de caminar un rato esperaron el coche que don Juan había mandado venir.

Los otros dos, entretanto, esperaron allí mismo que regresasen de la embajada. Eran las cuatro de la madrugada; pero el marqués no quiso dormir, pues no se lo permitía su conciencia; estaba decidido a dejarlo todo arreglado antes de meterse en la cama.

Este acabó por salir una noche de su cuarto vestido también de smoking, y al hacer Robledo gestos de extrañeza, se excusó señalando á su esposa. Cuando en la quinta noche entró Moreno, se apresuró á hablar. ¡Gran noticia! Pirovani ha vuelto al anochecer. Creo que le veremos aquí de un momento á otro. Como el contratista era la novedad de esta velada, todos esperaron su aparición.

Después, cogidos de la mano, se quedaron silenciosos y recogidos, con los ojos fijos en aquel frágil emblema de su amor. Y cuando la mecha se carbonizaba, cuando la cera corría mal, eran de ver sus frentes sombrías y sus pupilas mojadas. La operación fue larga aunque los cirios eran modestos, pero los novios esperaron paciente y pasivamente siguiendo las etapas de su común destino...

Habían llegado al castillo nuevo a la hora convenida, y esperaron cerca de la puerta, que no se abrió porque Juan se vio arrastrado con los otros en auxilio del Duque; es más, deseoso de disipar toda sospecha, se había distinguido muy especialmente atacando a Ruperto en persona, lo que le había valido una estocada de éste.

No habían comenzado a oirse los primeros tiros, y Briones y su gente esperaron tendidos entre los matorrales. Martín sentía como un remordimiento al pensar que aquellos alegres muchachos iban a ser fusilados dentro de unos momentos. La señal no se hizo esperar y no fué un tiro, sino una serie de descargas cerradas. ¡Fuego! gritó Briones.