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Actualizado: 22 de junio de 2025
Si todas estas señas no bastan para acreditar mi verdad, aquí está mi espada, que la hará dar crédito a la mesma incredulidad. -Sosegaos, señor caballero -dijo don Quijote-, y escuchad lo que decir os quiero.
Y volviéndose hacia los jóvenes, dijo: Hijos míos, no hay que titubear, es preciso recibirla ... así, con sangre fría. Hablad poco ... y escuchad mucho ... Si se dicen atrocidades, es mejor que las diga Clementina ... Aquí estoy yo ... ¿Sí? Entonces, seguidme.
Escuchad, queridas amigas, tengo un plan: podemos partir inmediatamente en busca de nuestros maridos. ¡Pero el camino es tan largo y estamos tan cansadas! ¡Tengo los nervios tan excitados! ¡Es natural! ¡Hemos pasado una noche tan horrible! CLEOPATRA. Por eso os propongo que descansemos aquí un par de días. Esto no nos comprometerá a nada.
Un sujeto que estaba más cerca que los demás, les mandó callar ásperamente. Los chiquillos obedecieron. Mas de pronto dijo Manolo con voz apenas perceptible: Escuchad, muchachos. ¿Queréis que yo deshaga esto en un instante? ¡Sí, Manolo; sí, Manolo! repusieron precipitadamente los otros, que, por lo visto, tenían gran confianza en las facultades destructoras de su compañero.
¡Veinte francos! pero yo no pido nada, no necesito nada. Tengo mi pensión. ¡Su pensión!... ¡setecientos francos al año! Pues bien respondió el cura, será para cigarros, pero escuchad bien: esto viene de América... Y comenzaba de nuevo el panegírico de los dueños de Longueval. Entró en casa de una buena mujer, cuyo hijo había partido el mes anterior para Túnez. Y bien, ¿cómo está vuestro hijo?
Pero vosotros, los que, alucinados por esa gloria, admiráis el coloso de la maldad, escuchad; escuchad, sí, un momento; atended un instante y veréis este prodigio disipado, desvanecido, destruido en menos tiempo del que necesitó para elevarse. ¿Dónde encontrar el rastro de su paso?
Sí, fray Luis, sí dijo la reina inclinándose hacia el padre Aliaga, con las muestras de la mayor confianza ; escuchad: yo no sé cómo, pero la variación es completa; ya sabéis... aquellas cartas tan imprudentemente escritas por mí á ese vil Calderón, cartas que me tenían reducida á mi, á Margarita de Austria, á una posición de esclava, que han estado á punto de hacerme cometer un crimen, porque un asesinato, aunque la causa sea justa, siempre es un crimen...
21 Y dijo Israel a José: He aquí, yo muero, mas Dios será con vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres. 1 Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los postreros días. 2 Juntaos y oíd, hijos de Jacob; y escuchad a vuestro padre Israel. 5 Simeón y Leví, hermanos: armas de iniquidad sus armas.
Bueno, escuchad lo que voy a deciros: sois un canalla, un necio, un ladrón, un bandido, un asesino, un monstruo. ¡Lo que habéis hecho es indigno, innoble, abominable, repugnante, escandaloso, indecente, inaudito! ESCIPIÓN. ¡Señora! CLEOPATRA. Sí; me sois antipático hasta más no poder, me inspiráis un disgusto profundo, una repulsión sin límites. Oléis atrozmente a soldado.
Escuchad á los que le conocen de cerca, y tal vez á sus mas ardientes defensores.» Que es un infeliz, ya lo sabemos; pero al fin es el hombre que nos conviene, y de álguien nos hemos de valer.
Palabra del Dia
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