Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 22 de junio de 2025


Mas los que se pudieron hallar enteros y que se pudiesen leer, después que a él allí le hallaron, no fueron más que estos que aquí se siguen: Árboles, yerbas y plantas que en aqueste sitio estáis, tan altos, verdes y tantas, si de mi mal no os holgáis, escuchad mis quejas santas.

23 mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mandare, para que os vaya bien. 25 desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié a todos los profetas mis siervos, cada día madrugando y enviándolos;

Para hacer penitencia iríase al monte, donde tiene un gran pazo. Allí guarda cinco mozas, y no iría si está talmente arrepentido. ¡Escuchad la voz de los hijos en la casona! ¡Vanse a matar! ¡Pelean haciendo las participaciones! ¡En la gran Jerusalén, hace cientos de años, oyéronse estas mismas voces, que las daban los judíos, repartiéndose la túnica de Nuestro Señor Jesucristo!

8 , pues, mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: Cuando hubiereis entrado hasta el borde del agua del Jordán, pararéis en el Jordán. 9 Y Josué dijo a los hijos de Israel: Llegaos acá, y escuchad las palabras del SE

1 Oídme, islas, y escuchad, pueblos lejanos. El SE

CLEOPATRA. ¡Detenedla! ¿Es posible, Verónica, que ya hayas olvidado a tu pobre marido? VERÓNICA Juro amarle eternamente al pobrecito; pero... ¿por qué no estamos con los romanos? Parecéis turbadas. ¿Qué pasa?... Si no queréis ir a buscarlos, deben venir ellos aquí. No deben ser orgullosos... CLEOPATRA. Bueno, escuchad lo que voy a proponeros, queridas amigas.

Mientras las luces astrales que titilan en los cielos se miran en los cristales de los hielos, y sube la nota única como un ágil rima rúnica que allá en la noche serena va dilatando sus ecos por el último confín, y la campanilla suena dilín, dilín... ¡Melodiosa y cristalina suena, suena, suena, suena, suena, suena la nota ágil y argentina con metálico y alegre y límpido retintín! ¡Escuchad!

Sentaos á la orilla del mar en una playa solitaria; escuchad el sordo mujido de las olas que se estrellan bajo vuestros piés, ó el silbido de los vientos que las agitan; con la vista fija en aquella inmensidad mirad la línea azulada que une la bóveda del cielo con las aguas del océano; colocaos en una vasta y desierta llanura ó en el corazon de un bosque de árboles seculares; en el silencio de la noche contemplad el firmamento sembrado de astros que siguen tranquilamente su carrera, como la siguieron muchos siglos antes, como la seguirán siglos despues; sin esfuerzo, sin trabajo de ninguna clase, abandonaos á los movimientos espontáneos de vuestra alma, y veréis como brotan en ella sentimientos que la conmueven hondamente, que la levantan sobre misma, y como que la absorben en la inmensidad.

Escuchad todavía un momento con paciencia, os lo ruego... Quizá ya lo hayáis olvidado; pero cuando se es joven o se conserva el corazón joven, hay momentos en la vida en que se sueña noche y día, en que la misma imagen está sin cesar ante nuestros ojos, en que se lucha en vano contra un sentimiento que se quería sofocar, pero cuyo poder nos domina con una tiranía implacable.

Ya sabréis, porque lo sabe todo el mundo dijo la Mari Díaz que don Rodrigo Calderón tuvo anoche una mala aventura no se sabe con quién. Pero eso no es un milagro. Escuchad: sabréis además que está muy mal herido.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando