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Actualizado: 31 de mayo de 2025


Poldy, aunque suavizando mucho lo sobrenatural, así por modestia, como por el escepticismo que es tan propio del siglo presente, se dio a sospechar que en todo lo sucedido podría muy bien y casi naturalmente haber algo que con el cuento oriental coincidiera.

Si estamos precisados á juzgarnos idénticos, si esto nos lo dice la conciencia, ¿podremos negar ni poner en duda esta identidad, si no queremos faltar al hecho fundamental de todas las investigaciones psicológicas, y por consiguiente caer en el mas completo escepticismo?

Lejos de eso; a pesar de cierto fondo de escepticismo, su alma era susceptible de ímpetu espontáneo, de súbito desinterés y de efímero entusiasmo, de donde brotaba una emoción fugitiva, una sensibilidad superficial bastante para dar la ilusión de un corazón tierno y generoso donde no había en realidad más que un manojo de nervios.

Su lenguaje, harto cínico, no dejaba de tener gracia; su escepticismo despreciativo salpicaba con picantes especias la conversación. Tenerlo siempre al lado sería aburridísimo, porque no hay nada que fatigue tanto como los hombres predispuestos a burlarse de todo; pero de cuando en cuando sus murmuraciones, removiendo las heces que todos tenemos en el alma, despertaban la alegría.

Pero Quino, en quien por desgracia el escepticismo había hecho presa hacía ya largo tiempo, le clavó una mirada escrutadora y dijo con sorna: ¿Sabes, Bartolo, que esa bofetada que soltaste me parece que dió la vuelta antes de llegar á su sitio? ¿Por qué lo dices, puño? preguntó encrespándose el hijo glorioso de la tía Jeroma. Porque tienes la cara como si antes de llegar hubiese rebotado.

Leí con avidez esa parte del libro: creí encontrar mucho nuevo: los recuerdos de un hombre que ha estado en contacto con la flor y nata de los literatos de aquella nación privilegiada; las picantes observaciones que presagiaba el sostenido prurito de escepticismo y cierta sal andaluza que campea con galana finura en muchos pasajes de este libro.

Pero ¿crees dijo Morsamor, en un arranque de escepticismo, porque era muy escéptico para su época , crees que ande tan suelto el diablo y que Dios permita que nos tiente y seduzca? ¡Y vaya si lo creo! contestó el doncel sutil . En nada se opone eso a la bondad divina y a la persistencia del humano libre albedrío.

Así se armonizan el entendimiento y el corazon; así este presiente lo que aquel conoce; así se nos avisa por diferentes caminos que no creamos limitado el ejercicio de nuestras facultades á la estrecha órbita que se nos ha concedido sobre la tierra: guardémonos de helar el corazon con el frio de la insensibilidad, y de apagar la antorcha del entendimiento con el desolante soplo del escepticismo.

Pues yo declaró la Burlada con negro escepticismo , vos digo que si ha venido a pedir es porque fue honrada; que las muy sisonas juntan dinero para su vejez y se hacen ricas... que las hay, vaya si las hay. Hasta con coche las he conocido yo. Aquí no se habla mal de naide. No es hablar mal. ¡A ver!... La que habla pestes es bueycencia, señora presidenta de ministros. ¿Yo?

El escepticismo del siglo pasado: su pobre filosofía sin metafísica; sus ideas y sentimientos, nobles aunque maleados por excesiva declamación, sobre filantropía, igualdad, libertad y progreso, todo esto fué el espíritu de una época en la historia de Europa, ó si se quiere, de todo el género humano; pero en Francia resonó con mayor estruendo y hermosura, primero en sus escritores, y en su revolución más tarde. ¿Cómo había de sustraerse España al influjo de lo que aquellos escritores dijeron y de lo que la revolución hizo?

Palabra del Dia

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