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La ley ha adoptado muchas y minuciosas precauciones. Una demanda de revisión pasa por una red en la que debe necesariamente quedarse enredada si no es sólida como el acero. Y cuando sale, es después de unos plazos y en condiciones tales que equivalen á no conceder nada. Aun la legislación actual es mucho más liberal que la antigua.

Sea exemplo: Dice EUCLIDES, que todas las lineas que en un círculo van desde la circunferencia al centro son iguales, y que en todo triángulo los tres ángulos equivalen á dos rectos: el entendimiento halla tanta conformidad entre estas cosas, y los primeros principios, que con un poco de atencion facilmente asiente á ellas.

El entendimiento elevado, la no común habilidad, y sobre todo el genio del artista, no equivalen, sino valen más que la hermosura. Esa portentosa luz interior del espíritu se difunde por todo el cuerpo y le ilumina y hermosea. Claro está, por consiguiente, que en los actores y actrices principales no tendrá la junta directiva que investigar y probar si hay ó no corporal belleza.

Si Lóndres tiene en su laberinto de calles un enjambre de millares de ómnibus para el servicio de la multitud, y de pequeños coches de alquiler, en el Támesis tiene tambien un servicio permanente de buques, que llamaré vapores-ómnibus, y una nube de góndolas ó faluchos para la travesía, que equivalen á millares de puentes flotantes.

Pero el nuevo arte está todavía en los primeros vagidos de su infancia; no tiene más allá de veinticinco años de existencia que equivalen á veinticinco minutos en la historia de un invento útil , y nadie sabe hasta dónde pueden llegar el desarrollo de su juventud y el esplendor de su madurez.

Palabras eran de esas que matizan y salpimentan las disputas populares; equivalen al siniestro brillo de la navaja en el aire y al salpicar de sangre soez entre las inmundicias que de un corazón rudo salen a una boca sedienta de injuria. Entre lo que no puede reproducirse se destacaban estas frases. ¡Mi hija muerta!... ¡Cosas malas en el agua!... ¡Esos pillos!...

Yo me encogí de hombros y esperé. La señora entró con dos ciruelas casi verdes, y dos plumas. Las plumas equivalen á los palillos que usamos en España, aunque tienen un doble oficio. Ofrecer un plato con plumas, significa lo que significaba el lego cuando nos miraba con el saco de la limosna abierto. Aquellas plumas eran una sentencia. Resuelta y decididamente, la comida se habia terminado.

Las líneas citadas han impulsado á Lord Holland (modelo al cual se han ajustado casi todas las biografías de Lope), á suponer que nuestro poeta manifiesta falta de gratitud y de satisfacción propia, cuando divinizado por el pueblo, visitado por los grandes, lleno de honores y pensiones, cree, sin embargo, que su dicha no iguala á sus merecimientos. Fúndase el autor inglés, para opinar así, en la cuantía de las sumas, que, según dice Montalván, ganó Lope con sus obras. Pero, ¿qué resulta de estos datos, que exagera Montalván , como acostumbra siempre que trata de números, según probaremos en breve? ¿Son, acaso, exactos, ó hay otras razones, en que apoyarse? 80.000 ducados por las comedias, 6.000 por los autos, 1.100 por sus demás escritos, 10.000 en regalos de diversos grandes, ó, lo que es lo mismo, 97.000 ducados, que equivalen á unos 250.000 francos, distribuídos en setenta y tres años que vivió, ó, por lo menos en cincuenta, que comprenden su vida de escritor, además de 740 de producto de sus beneficios, apenas son bastantes para haber atendido á la satisfacción de sus necesidades, á la subsistencia y educación de sus hijos, y á sus inclinaciones caritativas. Su generosidad para con los pobres era tan grande, que su casa era considerada como lugar de refugio de todos los indigentes. Y aun en el supuesto de que fuese pródigo en demasía en dar limosnas, ¿arrojará esta propensión mancha alguna en su carácter? Consta que reducía sus propios gastos, y los de su familia, para dar su dinero á los demás; cuando su hija Feliciana se casó con D. Luis Usátegui , no pudo dotarla, viéndose obligado á recurrir á la generosidad del Rey. Por lo que hace á las quejas sobre la poca estimación que merecía su talento, y sobre las críticas mezquinas que se hicieron de sus obras, cúmplenos manifestar, que, á nuestro juicio, aluden á las disputas literarias, de que tratamos en las líneas anteriores, fundándose en los indignos ataques de Rámila, de Góngora, etc. Sin duda Lope de Vega conocía y sentía su mérito, y al pensar en sus obras, llenábase su pecho de natural orgullo; pero esto no justifica el aserto de que adoleciera de vanidad literaria.

Las tempestades. «El mar experimenta de vez en cuando conmociones que parecen tener por objeto asegurar las épocas de sus trabajos. El ilustre autor se refiere especialmente á los bruscos movimientos que al parecer proceden de debajo, y que en los mares asiáticos equivalen á verdaderas tempestades.

Los musulmanes dan una importancia suprema á todos los actos exteriores, porque las grandes promesas de Mahoma se libran en ellos. «Al que se lava el cuerpo segun manda la Sunnah, y va temprano al templo, y se pone cerca del Imam para oirle con atencion sin hablar palabra, le escribe Dios nuestro señor, dicen los doctores del Koran, por cada paso que , el premio correspondiente á un año de adoracion, y á un ayuno de todos los dias.» «El dia del juicio, añaden, se le aparece la Aljama en forma de hermosa figura ataviada con vistosos arreos: él pregunta: ¿quién eres? y ella le responde: soy la Aljama, que vengo á atestiguar delante de Dios cómo acudiste al cumplimientoCeremonias exteriores tan poderosas, que sirven de espiacion y justificacion, y que equivalen en mérito á la mas rigorosa penitencia, escusado es decir si se observarán escrupulosamente.