Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 1 de octubre de 2025


Al quedar sin movimiento, parecían los buques mucho más grandes, oprimidos entre muelles y edificios, cual si estuviesen encallados. El desembarcadero atrajo igualmente su curiosidad. Era a modo de una estación de ferrocarril, con férrea cubierta, salones de espera, depósitos de equipajes y largas verjas, detrás de las cuales se agolpaba la muchedumbre.

Me bastó ver su dominacion en Venecia y Lombardía para sentir y llorar la suerte de Italia. En fin, sigo mi viaje; de otro modo, escribiria muy largo contra los austríacos. Registraron minuciosamente los equipajes, ojearon los pasaportes, los embadurnaron con sellos y visas, y seguimos en la diligencia.

En seguida el tren huyó indiferente como todos los trenes expresos, por la curiosidad humana; volvió el vacío furgón de equipajes a su cochera y el jefe de la estación cerró la puerta con llave y se fue a retiro.

El Friedrich August mostró prisa en salir cuanto antes. Las operaciones se hicieron con vertiginosa rapidez. La carga fué enorme: carga de personas y de equipajes. Dos vapores llenos abordaron al trasatlántico. Una avalancha de alemanes residentes en Inglaterra invadió las cubiertas con la alegría del que pisa suelo amigo, deseando verse cuanto antes en Hamburgo.

Un enorme carruaje abierto, dividido en tres compartimientos y conteniendo unas 23 personas, aparte de los equipajes, debia conducirnos por el valle del Arve hácia Chamonix, al pié del grupo colosal de montañas en cuyo centro se ostenta la admirable cúpula del Monte-Blanco.

Pasaban lujosos equipajes, camino de Palermo; en la calle, demasiado estrecha, no había espacio para todos: al lado de elegante victoria, marchaba enorme carromato, cargado de cajones, o de pipas o de sacos, dando tumbos en los baches del empedrado, con espantoso chirriar de ruedas; se encabritaban los caballos, juraban los cocheros, y había linda cabeza que se asomaba a la portezuela, con inquietud o impaciencia.

Los criados comenzaban ya a cargar los equipajes, y los grupos de padres y niños se dirigían a la puerta con alegre barullo, sin que nadie reparase en el niño solitario, a veces, un compañero le daba al pasar una palmada cariñosa, o un profesor que corría apresurado le enviaba una sonrisa, y el niño sonreía también sorbiéndose las lágrimas.

No llegamos a Río Janeiro hasta pasado mañana dijo Isidro, siempre bien enterado de la marcha del viaje . Pero la despedida ha sido hoy, para que la gente que se queda en el Brasil pueda dedicar el día de mañana al arreglo y cierre de equipajes. Esta noche es la última de gran ceremonia, y las señoras van a guardar sus vestidos y joyas.

Abajo, en primer término, la berlina, donde va en número de tres la aristocracia de las victimas; en el centro una cripta romana que llaman interior, calabozo de seis rematados; y atras la cocina del infierno, pomposamente decorada con el nombre de rotunda. Encima, el departamento de equipajes, denominado la vaca, Chimborazo ambulante que se parece un poco á la cueva de Montesinos.

Duermen todavía; no he querido despertarlos, para que descansen un poco más. ¿Tomará un mate, don Melchor? ¿o prefiere café? No, mate. ¿Es dulce? ¡Verdad que usted toma dulce! Vea, Garona, haga cebar dulce también. Garona llamó a una muchacha de servicio y minutos después Melchor tomaba su mate. ¿Y los equipajes, Baldomero? Ya van en viaje. El carro salió hará dos horas.

Palabra del Dia

pacificadoras

Otros Mirando