Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 1 de septiembre de 2025


Preséntele usted con toda la negra realidad de la vida, braceando en este océano de cieno, sin poder flotar, y ahogándose, ahogándose, ahogándose.... Pero, eso , déjele usted que se enamore con hidrofobia de la dama de enfrente, porque en ese gran recurso dramático ha de cimentarse todo el edificio novelesco.

A los diecisiete años, qué diablo, me enamoré de Valentina y fui menos práctico que Martín; lo confieso. Los libros de estudio no me atraían mucho; leía a Lord Byron y a Musset; las Horas de Ocio y la Confesión d'un enfant du Siècle me montaron la cabeza y me enfermaron el corazón. Le hice versos a Valentina y asistía a oír la lección de matemáticas como quien asiste a un entierro.

Me arrepiento de haberte dicho lo de D. Jaime. ¿Y por qué te arrepientes? preguntó con sencillez doña Luz . Yo no creo probable que ese caballero cortesano se enamore de , en tres o cuatro días que ha de estar por aquí; pero como ni eso es imposible, ni me ofende el que , estimándome en más de lo que merezco, me vaticines tal triunfo, no tienes para qué arrepentirte, a no ser por el temor de exaltar demasiado mi amor propio.

Había en aquel sencillo hábito, en aquella toquilla, en aquel escapulario azul, en aquella cruz de oro que pendía de vuestro cuello, una cosa que decía: «Ved que con lana y lino puede parecer una mujer mejor ataviada que otra con ropas, encajes y brocadosEra, además, vuestra mirada ardiente, grave, fija; vuestra palabra, sonora; vuestro discurso, apasionado. Yo me enamoré de vos.

Para evitarte molestias no quise casarme otra vez... ¡Qué no haré yo por ti, Ida mía!» «El año próximo pienso dar por terminados mis negocios en América, y volveré á nuestra patria, y compraré un castillo del que serás la reina; y tal vez se enamore de ti algún noble oficial de caballería con apellido ilustre, y tu pobrecito papá tendrá celos... ¡muchos celos!...»

Á ver, en Limoges conocíamos á... ¡Calla! ¿pues no te acuerdas de aquella Rosa tan frescachona, que servía en el mesón de Los Tres Cuervos? ¡Aux Trois Corbeaux! Apuesto á que ya no sabes una palabra de francés, animal. ¡Qué chica aquella! Yo me enamoré como un bendito. Y yo, y otros muchos también, dijo Reno.

Lo veía a menudo, y aun cuando sabía que llevaba una vida precaria cuidando caballos de carrera, le dejé que me festejara. Al principio, lo confieso, me enamoré de él, cosa que no pasó inadvertida para Herberto Hales, y durante ese verano en Mayvill, al caer la noche, tuve muchas entrevistas secretas con él en el parque.

Créeme: en parte alguna estoy mejor que aquí, aunque no me enamore ni me case nunca. ¿Y por qué no enamorarme? ¿Por qué el amor ha de estar siempre dormido? Yo me inclino a creer que no hay varios amores, cada cual para su objeto, sino que el amor es uno; y aunque cambie el objeto, no cambia el amor.

Detrás de él había un hidalgo, altivo también, joven y buen mozo. Los dos me miraban, los dos me aplaudían... yo me enamoré de los dos. Del uno por vanidad, del otro... por amor, no... yo creía que era por amor... pero hoy me he desengañado. ¡Eran Lerma y Calderón! ¡El amo y el perro! Ellos eran. Después de la función, encontré en mi casa, esperándome, á uno de ellos.

Pero ¡qué diablo! no soy tampoco un monstruo y no me parece enteramente imposible que una muchacha de talento y de corazón se enamore de un mozo que no es tonto, aunque no tenga la belleza de Apolo ni las gracias perversas de don Juan.

Palabra del Dia

desenvainemos

Otros Mirando