Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 6 de mayo de 2025


Fuera de esto, no se podía menos de hacer justicia á Sorege, y Tragomer no podía negar que el amigo de Jacobo era un hombre perfectamente educado, instruído, elegante y de cara agradable, muy valiente, según había probado en diversas ocasiones, y de excelente consejo cuando se le consultaba un asunto difícil.

Por mucho que cavilase, no se daba cuenta de cómo aquel hijo, educado por padres escolapios, había salido volteriano hasta votar la tolerancia religiosa e importarle un bledo que el Papa estuviese cautivo.

Corazón lleno de caluroso entusiasmo, firmeza de juicio, noble generosidad, todo eso se adivinaba oyéndole hablar. Y era realmente extraordinario en un joven que había nacido y se había educado en una hospedería de pueblo.

Pero la esposa del abogado tuvo también una hija, y ésta hija era guapa y parecía muy buena. Por de pronto, se había educado de muy distinta manera que su madre: lejos de ella y del ruido de los escándalos.

Algunas noches los dos ingenieros hablaban de su propia existencia. Watson tenía poco que contar. Educado en California, había empezado su vida profesional en las minas de plata de Méjico, donde aprendió el español, continuándola después en las del Perú. Finalmente había pasado á Buenos Aires, conociendo en esta ciudad á Robledo y asociándose á él para la empresa de Río Negro.

Prevenía sus deseos, echándole agua en el vaso, alargándole los entremeses, el pan, todo lo que pudiera serle agradable, haciendo seña al criado para que le sirviese vino cuando advertía que sus copas estaban vacías, con esa oportunidad desembarazada, elegante, del hombre educado en la cumbre de la sociedad.

Era sino del pintor despertarla fácilmente; pero como hombre bien educado y cauto sabía restañar prontamente las heridas. Por lo que a me sucede. Yo cuando quiero mucho a una mujer desearía estrujarla. Rosa no pudo menos de reír. Está visto, Marcela, que te complaces en recibir en tu casa a los hombres más desvergonzados de Madrid.

El uno, hijo de la aristocracia antigua, español y hombre de edad y de mundo, soñaba con la libertad y el progreso. El otro, hijo del Nuevo Mundo, plebeyo por su nacionalidad, como todo demócrata, educado en la vida republicana, jóven, inexperto, viajando en busca de luz, y buscando en la patria de sus abuelos la prueba práctica, pero negativa, de las verdades democráticas!

Pero, aunque mis yernos son buenos y las muchachas lo mismo ya sabes lo bien que las he educado pues, claro, nunca faltarán desavenencias, disgustillos, incompatibilidades de carácter; porque, naturalmente, donde hay tanta gente, ¿cómo entenderse todos bien?

Hubo que economizar en nuestros gastos, todo aquello de que fuera posible privarse; las relaciones con los propietarios vecinos fueron limitadas, el personal reducido, y la anciana institutriz que había educado a Marta, y que debía terminar su tarea conmigo, tuvo también que dejarnos. Marta, que era siete años mayor que yo, y se disponía a estrenar su primer vestido largo, tomó su lugar.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando