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Actualizado: 1 de mayo de 2025
Desde su rompimiento, la joven guardaba en el fondo de su pecho hacia el majo un sentimiento indefinible, mezcla de rabia y simpatía, de desprecio y amor. Velázquez, que siempre había sido poco amigo de echar las piernas al alto, se negaba, haciendo, sin embargo á su antigua novia mil cortesías, mostrándose con ella extremadamente dulce.
Levantaba cautelosamente la cortina para echar los gemelos a la generala, que estaba en un palco platea, más hermosa que nunca, relampagueando como escaparate de joyería: tornaba al foyer; daba tres o cuatro paseítos, se tiraba por el bigote hasta arancárselo; volvía a la puerta de la sala, se arreglaba el cuello de la camisa, echaba una mirada a la solapa del frac, donde artísticamente estaba colocada la camelia, y otra a la mano de la generala donde brillaban una blanca y otra encarnada; pero no acababa de decidirse.
Vuestra merced mire cómo habla, señor barbero; que no es todo hacer barbas, y algo va de Pedro a Pedro. Dígolo porque todos nos conocemos, y a mí no se me ha de echar dado falso. Y en esto del encanto de mi amo, Dios sabe la verdad; y quédese aquí, porque es peor meneallo.
De vuestra pasta se han hecho santos, guerreros, poetas y mil hombres eminentes. ¿Es esta una masa podrida que no sirve ya para nada? ¿Debéis desaparecer para siempre, dejando el puesto a otra cosa mejor, o sois capaces de echar fuera la levadura picaresca, oh nobles descendientes de Guzmán de Alfarache?... Adiós, Sr. Monipodio, Celestina, Garduña, Justina, Estebanillo, Lázaro, adiós.
¿Por quién me tenéis? dije al cocinero mayor fingiéndome gravemente ofendida, á pesar de que tenía una viva curiosidad por saber quién era aquella persona ; ¡ea! añadí: idos de mi casa, si no queréis que os haga echar á palos.
Cuando se quiere improvisar un refresco basta echar una cucharadita de este jarabe en una copa de agua. JARABE DE CAF
Fueles preciso beber por un mismo vaso, único que había, y Ana, que era asquillosa y aprensiva, prefirió echar tragos por la botella, sin recelo de cortarse con los agudos cristales del roto gollete. Sus carrillos chupados se colorearon, su lengua se desató más que de costumbre; y por vía de diversión empezó a coger tierra a puñados y a esparcirla por la cabeza de Borrén.
Y no dejaron de reírse del deseo de Sanchica, y más cuando Teresa dijo: -Señor cura, eche cata por ahí si hay alguien que vaya a Madrid, o a Toledo, para que me compre un verdugado redondo, hecho y derecho, y sea al uso y de los mejores que hubiere; que en verdad en verdad que tengo de honrar el gobierno de mi marido en cuanto yo pudiere, y aun que si me enojo, me tengo de ir a esa corte, y echar un coche, como todas; que la que tiene marido gobernador muy bien le puede traer y sustentar.
Costo agraz e perejil e cebollas e ajos e oregano e vinagre para las ollas e para echar la ternera en adobo 15 mrs. Costo un ¿derraso? de manteca 3 mrs. Costo arrope para las gallinas menudas 2 mrs. Costo sal blanca para las masas para lo que fué menester 1 maravedís. Costo arroz para el manjar blanco 6 mrs. Dos onças de açafrán, 24 maravedís. Una onça de gengibre ¿6 dineros?
Viendo su estampa inanimada en ese pedazo de lienzo, nos da gana de echar mano al bolsillo, y de dejarle una limosna. ¡Con qué verdad, con qué candor, con qué inocencia, abre los ojos lánguidos y marchitos, frunce los labios, y alarga dos dedos estirados, para sacarse la espina del pié!
Palabra del Dia
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