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Actualizado: 4 de junio de 2025


Mario sentía al mismo tiempo pesar y alegría de este olvido porque, si anhelaba acercarse a su ídolo, temía el instante de la presentación como un trance apuradísimo. Buenas noches, señores dijo una voz bronca, profunda. Hola, D. Dionisio, ¿cómo estamos? preguntó distraídamente D. Laureano, sin apartar la vista de la preciosa chula que había descubierto.

Creí que iba a hablarme de ello, pero después de tocar distraídamente el anillo algunos instantes, dejó caer la cabeza sobre la almohada. No cuándo volveré a verle dijo con voz apenas perceptible. Tan luego vuelva a necesitarme Vuestra Majestad contesté. Cerró los ojos. Tarlein y el médico se acercaron. Besé la mano del Rey y salí con Tarlein. No he vuelto a ver al joven soberano.

¡Qué diferencia con las emociones experimentadas cuando comenzó su relación con Muñoz! Recordó un día en que éste le besó la mano con beso tembloroso, ardiente, de hombre enamorado que quiere imponerse por la audacia, y sólo despertó en ella un sentimiento hostil y ofendido... ¿Llegaría jamás a ofenderse, en cambio, cuando Julio le besara la mano con su modo distraídamente humilde?

Un gato gris con rayas amarillas comenzó á restregarse contra las faldas de Flora y concluyó por saltar á su regazo. La joven le acarició distraídamente pasándole suavemente la mano por el lomo. Mas he aquí que Jacinto, acometido de súbita ternura por el animalito, quiere también acariciarle, pero se equivoca, y en vez de pasar la mano por su lomo, la pasa por la de Flora.

No había ningún coche vacío, pero en uno estaba solamente una persona, y a él subieron. Partió el tren al instante. El viajero les miró distraídamente, con poca curiosidad, figurándose tal vez que eran hermanos. Sin embargo, al cabo de unos momentos la joven pidió a su confesor que le bajase la maleta de la rejilla para sacar un pañuelo.

Frente a una de ellas acertó apararse distraídamente, y a través de los gruesos barrotes vio desamparado y desierto aquel mismo lugar donde pocas horas antes era todo animación y bullicio.

Gerardo Lautrec, que estaba sentado a su lado en una silla de tijera, se levantó al verme subir la escalinata. Luciana me ofreció distraídamente la mano y continuó en seguida la conversación interrumpida a mi llegada. ¿De modo que querría usted estar ya lejos de Francia? Adoro a mi país, pero francamente, pasarse la vida en oscilar desde el Luxemburgo al parque Monceau es un poco monótono.

Repartía su vida entre el estudio, el auvernés y el espejo. En este período fue cuando escribió, distraídamente, sobre el borrador de una escritura de venta: «¡Qué dulce es hacer bien a su prójimoMáxima un poco vieja en misma, pero nueva en absoluto para él.

Tristán se mostraba sobrio de palabras y ensimismado. ¿Qué es eso...? Parece que estás de mal humor. Nada tengo distinto de otros días. En general no encuentro en la vida grandes motivos para estar muy contento. Así hablan solamente los que son demasiado felices en este mundo. ¿Lo cree usted? preguntó distraidamente el joven. Sin duda; y tu ejemplo me lo confirma.

Y reía con su irónica crueldad, mientras el carruaje corría por una de las avenidas de Recoletos. Leonora miraba distraídamente el paseo central; sus filas de sillas de hierro, llenas de gente; los grupos de niños, que vigilados por las criadas, corrían alborozados bajo la luz dorada y dulce de la tarde primaveral.

Palabra del Dia

consolándole

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