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Actualizado: 3 de mayo de 2025
¡Ah! pensaba Melchor, contemplando furtivamente a sus dos amigos. ¿Qué dirán en casa de Lorenzo y en casa de Ricardo, cuando vuelva con ellos, como van a volver, curados de tristezas y de pavadas?...
No dirán sino que son unos santos Tomases y otros doctores de la Iglesia; guardando en esto un decoro tan ingenioso, que en un renglón han pintado un enamorado destraído y en otro hacen un sermoncico cristiano, que es un contento y un regalo oílle o leelle.
Decía así, en letra sólo para Ana inteligible, nerviosa y rapidísima: «¡Memorias!... ¡Diario!... ¿por qué no? Benítez lo consiente». Memorias de Juan García, podría decir algún chusco.... Pero como esto no ha de leerlo nadie más que yo.... ¿Qué es ridículo? ¡Qué ha de ser! A Dios gracias, estos miedos al qué dirán ya han pasado. La salud me ha hecho más independiente.
Y entonces ella, que calla y oculta su secreto en lo más hondo del corazón, hablará también, y quedito, muy quedito, ¡así se dicen esas cosas! contestará: ¡Te amo!» ¿Cómo se hablan ustedes, de tú o de usted? ¡De usted, Gabriela! La señorita se echó a reir, y exclamó: Los labios dirán así... ¡pero los corazones no! En aquellos momentos oímos voces que nos llamaban.
11 di a los pañetadores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia inundante, y daré piedras de granizo que la hagan caer, y viento tempestuoso la romperá. 12 Y he aquí, cuando la pared haya caído, no os dirán: ¿Dónde está la embarradura con que pañetasteis?
¡Oh!, sí, ¡qué dirán los marqueses de Relimpio! No son marqueses, pero son personas honradas. ¿Quieres ir esta noche al Teatro Real?». ¡El teatro Real! Otro golpe mágico en el corazón y en la mente de la sobrina del Canónigo. «Pero a eso que llamas paraíso, ¿van personas?... ¿Personas decentes?... Lo más decente de Madrid, la flor y nata».
Los acontecimientos me dirán lo que debo hacer». Si el gran Pez volviera pronto la sacaría de aquel atolladero. Estudiaba ella el medio de explotar su liberalidad sin venderse. Consiguiendo esto sería la mujer más lista del orbe... Pero faltaba que D. Manuel regresara de aquellos cansados baños.
2 Y vendrán muchos gentiles, y dirán: Venid, y subamos al monte del SE
De mí nada dirán, pues en San Andrés bendito me casé con mi Roque, que está en gloria, de la consecuencia de una caída del andamio. Esta dice que tiene el marido en Celiplinas, y será que desde allá le hace los chiquillos... por carta... ¡Ay, qué mundo! Te digo que sin criaturas no se saca nada: los señores no miran a la dinidá de una, sino a si da el pecho o no da el pecho.
Pues, mira, Luisa; ¡yo ni eso le concedo! ¿Qué chiste tiene eso de aporrear el piano? Si aquello me parecía un pleito de perros. Y la rubia se tapó las orejas. Teresa, por Dios: ¡ten caridad! dijo en tono compasivo la morena. No hables así; dirán que decimos eso por... ¡envidia! ¿Envidia yo? ¿Y de qué? ¿Yo? ¡Gracias a Dios que no toco el piano!
Palabra del Dia
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