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Actualizado: 6 de junio de 2025
Prestaba su voz infantil á multitud de seres imaginarios, viejos y jóvenes, con quienes emprendía de ese modo animados diálogos.
Memorial informatorio por los pintores en el pleyto que tratan con el Señor Fiscal de su Magestad en el Real Consejo de Hacienda sobre la exempción del arte de la pintura. Madrid, por Juan Gonzalez, año 1629. Vicente Carducho. Dialogos de la pintura. Madrid, 1633. Francisco Pacheco. Arte de la pintura, su antigüedad y grandeza. Sevilla, 1649. El pincel cuyas glorias describía... Madrid, MDCLXXXI.
Doña María, que reglamentaba los diálogos de sus tertulias como mueve y ordena un general experto los movimientos de una batalla campal, dispuso que Inés continuase hablando con lord Gray, y que Presentación pegase la hebra con Ostolaza. En tanto Asunción charlaba en voz bastante alta con su hermano, diciéndole cosas cuyo sentido no pude entender.
Diálogos así han ocupado a más de una pareja de tejedores, de rostro pálido, cuyas almas incultas parecían pequeñas criaturas recientemente aladas, revoloteando abandonadas en el crepúsculo. Habíale parecido al confiado Silas que su amistad no se había enfriado, aun después que un nuevo afecto, de naturaleza más íntima, había brotado en su corazón.
Sus diálogos se diría que fueron tomados por el fonógrafo, si el fonógrafo tuviese la rara habilidad de desechar lo pesado y lo impertinente y de conservar sólo con sobriedad envidiable lo que no cansa, lo que retrata los caracteres y lo que conduce y contribuye al final desenlace.
Los diálogos íntimos entre amantes mientras dura el primer período de la posesión, son exclusivamente amorosos: ella se despepita en juramentos, él se deshace en promesas, ella fantasea proyectos para lo futuro, él pone por las nubes su dicha y su agradecimiento... como si aquello no hubiese de acabar nunca; hasta que llega una época en que, sin prescindir de hablar y practicar amores, se habla también de otras cosas.
Soy un hombre de recogimiento y de soledad; de meditación, no de parladurías y bullicios. Y cuando, después de haber estado todo el día hablando y escribiendo, me retiro a casa a estas horas, yo trato de buscarme a mí mismo, y no me encuentro. ¡Mi personalidad ha desaparecido, se ha disgregado en diálogos insubstanciales y artículos ligeros!
No se le caían de la mente aquellos diálogos ingeniosos donde la respuesta, siempre oportuna, parecía meditada con espacio y no fruto de la improvisación, ni los rasgos delicados donde se mostraba de golpe y en cualquier menudencia la elevación y nobleza de un alma, ni la galantería voluptuosa y discreta, ni el estilo insinuante y perfumado que caracterizan á tales obras.
Hay que sostenerse de todos modos. Los rusos avanzarán á sus espaldas.» Y mientras se desarrollaban los diálogos inspirados por estas nuevas, y muchas jóvenes convertidas en vendedoras iban entre los grupos ofreciendo banderitas y escarapelas tricolores, continuaban pasando por el patio solitario, para desaparecer detrás de las puertas de cristales, hombres y más hombres que iban á la guerra.
¿Qué más podía desear? «No estoy enfadada» le había dicho «no vuelva Vd. a hablarme de su pobreza.» Pretender mayor claridad sería insensatez. Al cabo de dos meses sus diálogos eran ya muy distintos; que cuando la estimación abre vereda, el amor ensancha y allana pronto el camino.
Palabra del Dia
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