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Actualizado: 2 de mayo de 2025
No soy yo quien te ha vencido, sino el demonio que ahogaba a los impuros novios o amantes de la que fue luego mujer de Tobías, a fin de guardarla entera para él. Sin duda, don Paco, que es muy devoto de San Rafael, Patrono de Córdoba, halló al tal demonio en el desierto en que ha estado, y con el auxilio del arcángel le desató y le envió a esta casa para que me defendiese.
Al contrario, me parece bastante formal y simpático; guapo no lo es... ¿para qué más de la verdad?... pero el otro... el otro es una alhaja, un bendito... ¡Si le viese usted, como yo le veo muchos días, comulgar en San Antón!... Vamos, que enternece hallar un chico tan humilde y devoto ahora en que a todos les da por despreciar las cosas santas y decir mil borricadas y escandalizar a las personas honradas.
Nada de dar la noticia a la gente. El lo hacía como devoto, y quería que su acto quedase en secreto.
El escándalo fue tan grande, que el marido se retiró a la casa de sus padres y la Marquesita pudo por fin vivir a sus anchas. Márchate la dijo un día su primo Dupont. Tú y tu hermana sois nuestra deshonra. Huye lejos, y donde estés yo te enviaré lo necesario para que vivas. Pero Lola contestó con un ademán impúdico, gozándose en escandalizar a su devoto pariente.
Ciento y tantas oraciones sabía de coro, un tono bajo, reposado, y muy sonable que hacía resonar la Iglesia donde rezaba, un rostro humilde y devoto que con muy buen continente ponía cuando rezaba sin hacer gestos ni visages con boca ni ojos, como otros suelen hacer. Allende de esto tenía otras mil formas y maneras para sacar el dinero.
Después se sentó en una mecedora junto a su tocador, en el gabinete, lejos del lecho por no caer en la tentación de acostarse, y leyó un cuarto de hora un libro devoto en que se trataba del sacramento de la penitencia en preguntas y respuestas. No daba vuelta a las hojas. Dejó de leer. Su mirada estaba fija en unas palabras que decían: Si comió carne...
Con este modo de mirar las cosas no es extraño que todos tuviesen por pretensión exorbitante y por capricho absurdo el afán del Condesito en querer pasar por un amigo devoto o por un adorador petrarquista de doña Beatriz. Alguna disculpa había, fuerza es confesarlo, para tan bellaca incredulidad.
De repente, el gentío se hizo atrás, volviendo sus mil cabezas. Una nueva procesión llegaba por el puente. Se había reunido en la Residencia de los jesuítas: era lo más brillante del ejército devoto que iba á subir á Begoña; el señorio de Bilbao, en el que figuraban las familias ricas de la villa, los agitadores del bizkaitarrismo, los alumnos de Deusto.
El elemento devoto era todo el pueblo en llegando el mal tiempo, y hasta los socios de Viernes santo, unos perdidos que se juntaban durante la Semana de Pasión a comer de carne en la fonda, hasta esos acudían al templo, si bien a criticar a los predicadores y mirar a las muchachas.
Todo fue inútil y un día el anciano se vio atacado bajo el portal de una iglesia; marchó recto a su enemigo, sufriendo el fuego continuo de su revólver, llegó junto a él, lo tendió de un balazo, y luego le enterró una daga en el corazón hasta la empuñadura.... ¡No lancéis la primera piedra contra ese hombre de cabellos blancos, débil, creyente y devoto, que se había humillado, hundido la frente entre el polvo a los pies de su adversario y que había vivido la vida amarga y angustiosa del peligro a todas horas y en todos los momentos!
Palabra del Dia
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