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Actualizado: 9 de julio de 2025
Aquellos condenados nos llevaron a Inglaterra, no como presos, sino como detenidos; pero carta va, carta viene entre Londres y Madrid, lo cierto es que se quedaron con el dinero, y me parece que cuando a mí me nazca otra pierna, entonces el Rey de España les verá la punta del pelo a los cinco millones de pesos. ¡Pobre hombre!... ¿y entonces perdiste la pata? le dijo compasivamente Doña Francisca.
La provincia que nos ocupa tiene una gran masa de población, y aunque su criminalidad no es mucha, siempre hay que contar entre los detenidos por el Gobierno, juzgado y administración, y los que extinguen condena, con unos 150 á 200 individuos por término medio, amontonados en los sucios sótanos de aquella cárcel.
Entonces, continuando su trabajo de jardinero, decía mentalmente una corta plegaria por la salvación de aquellos de sus muertos que más lo inquietaban, y que podían estar detenidos en el purgatorio. Poseía una fe cándida y tranquila. Pero entre aquellas tumbas existía una que con más frecuencia que las otras recibía sus visitas y sus oraciones.
Frente al mismo cuartel hay un caserón que durante el día está repleto de hombres negros y por la noche sólo se ven en él mujeres. Raro es el día en que no se hagan varias detenciones de estos confidentes, á muchos de los cuales se les han encontrado documentos comprometedores. Todos los detenidos son enviados á Santiago de Cuba á disposición del Juez Especial, que instruye esa causa.
Era un continuo transitar de gentes prisioneras, cogidas en el momento en que intentaban salir de la población. Otros habían sido detenidos en el refugio de las tabernas o tropezados al azar en aquel ojeo que envolvía las calles. Algunos eran de la ciudad.
Mas, ¿cómo se obró la metamorfosis del cetáceo al anfibio? Vamos á ver si acertamos á explicarlo. Su parentesco es evidente. En los mares sembrados de islas, cortadas por lenguas de tierra á cada paso, los cetáceos, detenidos continuamente en su carrera, tuvieron que modificar sus hábitos.
Los labios de la mujer quedarían detenidos ante la rejilla de madera; pero su aliento, penetrando en los oídos de amante, le agitaría el cerebro con una conmoción nerviosa, fingiéndole las ardientes caricias de la tierra cuando debía pensar en las dulzuras inefables del cielo. Su alma sufriría dos tormentos en un solo suplicio, deseando como enamorado lo que le mancillaba como sacerdote.
5 Porque mientras éramos en la carne, los afectos de los pecados que eran por la ley, obraban en nuestros miembros fructificando a muerte. 6 Pero ahora somos libres de la ley de la muerte en la cual estábamos detenidos, para que sirvamos en novedad de Espíritu, y no en vejez de letra. 7 ¿Qué pues diremos? ¿La ley es pecado? En ninguna manera.
Y tras nueva descarga, entró en el monte. Los perseguidores, detenidos un momento por las explosiones, lanzáronse rabiosos adelante, fusilando, golpe tras golpe de winchester, el derrotero probable de los fugitivos. A 100 metros de la picada, y paralelos a ella, Cayé y Podeley se alejaban, doblados hasta el suelo para evitar las lianas.
Los detenidos por el resello de monedas, hasta diecisiete, escaparon todos, desperdigándose por la ciudad, y otras de varios delitos salieron con ellos, sin que fuera posible nunca más echarles el guante, pues bien procuraron huir de las garras de alguaciles y tropas.
Palabra del Dia
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