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Actualizado: 2 de julio de 2025


Iban los peregrinos a dar toda su miseria, pero Roque les dijo que se estuviesen quedos, y volviéndose a los suyos, les dijo: -Destos escudos dos tocan a cada uno, y sobran veinte: los diez se den a estos peregrinos, y los otros diez a este buen escudero, porque pueda decir bien de esta aventura.

Para el sacrificio de los cuales bultos señaló y nombró cierta cantidad de yanaconas é mamaconas, y dióles tierras para en que sembrasen y cojiesen para el servicio destos bultos; y ansímismo señaló muchos ganados para los sacrificios que ansí se le debian hacer; y este servicio é tierras y ganados dió é repartió á cada bulto por , y mandó que se tuviese gran cuidado de continuamente, á la noche y á la mañana, de dar de comer y beber á estos bultos é sacrificarlos; para lo cual mandó é señaló que tuviesen cada uno destos un mayordomo de los tales sirvientes que ansí les señaló; é ansímismo mandó á estos mayordomos é á cada uno por , que luego hiciesen cantares, los cuales cantasen estas mamaconas é yanaconas en los loores de los hechos que cada uno destos Señores en sus dias ansí hizo, los cuales cantares ordinariamente todo tiempo que fiestas hubiese cantasen cada servicio de aquellos por su órden y concierto, comenzando primero el tal cantar é historia é loa los de Manco Capac; é que ansí, fuesen diciendo las tales mamaconas é servicio, cómo los Señores habian sucedido hasta allí, y que aquella fuese órden que tuviesen desde allí adelante, para que de aquella manera hubiese memoria dellos y sus antigüedades.

-Ya os he dicho, amigo -replicó el cura-, que esto se hace para entretener nuestros ociosos pensamientos; y, así como se consiente en las repúblicas bien concertadas que haya juegos de ajedrez, de pelota y de trucos, para entretener a algunos que ni tienen, ni deben, ni pueden trabajar, así se consiente imprimir y que haya tales libros, creyendo, como es verdad, que no ha de haber alguno tan ignorante que tenga por historia verdadera ninguna destos libros.

De entre esta tierra estéril, derribada, destos terrones por el suelo echados, las almas santas de tres mil soldados subieron vivas a mejor morada, siendo primero, en vano, ejercitada la fuerza de sus brazos esforzados, hasta que, al fin, de pocos y cansados, dieron la vida al filo de la espada.

Lo que dijo al rey: " Señor, estos mis compañeros y yo, habiendo tenido noticia destos juegos, venimos a servirte y hallarnos en ellos, y no de lejas tierras, sino desde una nave que dejamos en la isla Scinta, que no está lejos de aquí; y como el viento no hizo a nuestro propósito para encaminar aquí la nave, nos aprovechamos de esta barca y de los remos y de la fuerza de nuestros brazos.

Levántase uno destos agoreros por la mañana, sale de su casa, encuéntrase con un fraile de la orden del bienaventurado San Francisco, y, como si hubiera encontrado con un grifo, vuelve las espaldas y vuélvese a su casa.

Pardiez que, si yo no conociera a Dios por lo que me han enseñado mis padres y los sacerdotes y ancianos de mi lugar, le viniera a rastrear y conocer viendo la inmensa grandeza destos cielos, que me dicen que son muchos, o, a lo menos, que llegan a once, y por la grandeza deste sol que nos alumbra, que, con no parecer mayor que una rodela, es muchas veces mayor que toda la tierra, y más que, con ser tan grande, afirman que es tan ligero que camina en venticuatro horas más de trecientas mil leguas.

Y ya que la fortuna nos niega la victoria, no nos quitará á lo menos el morir peleando como soldados, que vale harto más que vivir siendo esclavos destos crueles é inhumanos bárbaros, y seremos ejemplo á nuestros sucesores á estimar más las honras que las vidas

Estoy con todo esto tan seguro De que al fin mostrareis que sois Romanos, Que tengo en nada el defendido muro Destos rebeldes barbaros Hispanos, Y asi os prometo por mi diestra y juro Que si igualais al animo las manos, Que las mias se alarguen en pagaros, Y mi lengua tambien en alabaros.

Así el vivir me mata, que la muerte me torna a dar la vida. ¡Oh condición no oída, la que conmigo muerte y vida trata! Cada verso déstos acompañaba con muchos suspiros y no pocas lágrimas, bien como aquél cuyo corazón tenía traspasado con el dolor del vencimiento y con la ausencia de Dulcinea.

Palabra del Dia

buque

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