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Actualizado: 9 de mayo de 2025
Pienso de un hondo foso rodeallos, Y por hambre insufrible subjetallos: No quiero ya que sangre de Romanos Colore mas el suelo desta tierra: Basta la que han vertido estos Hispanos En tan larga, reñida, y cruda guerra: Exercitense agora vuestras manos En romper y cabar la dura tierra, Y cubranse de polvo los amigos Que no lo estan de sangre de enemigos: No quede de este oficio reservado Ninguno que le tenga preminente: Trabaje el decurion como el soldado, Y no se muestre en esto diferente: Yo mismo tomare el hierro pesado, Y romperé la tierra facilmente.
Era de mal tono loanzar al país sin muchas reservas y alguna ironía; y quien con perennidad lo hiciera, corría el riesgo de que le apellidaran filibustero... Aquellos metrificadores hispanos fueron, por lo común, "poetas de 'Madrid Cómico', fabricantes de versitos festivos, sin pretensiones" ni transcendencia. De los que merecieron dictado de poetas se han recogido muestras.
Estoy con todo esto tan seguro De que al fin mostrareis que sois Romanos, Que tengo en nada el defendido muro Destos rebeldes barbaros Hispanos, Y asi os prometo por mi diestra y juro Que si igualais al animo las manos, Que las mias se alarguen en pagaros, Y mi lengua tambien en alabaros.
Dice Tomás Campanella, en su libro De monarchia hispanica, que en los siglos bárbaros prevalecieron los pueblos rudos del Norte y tuvieron el imperio; pero que cuando llegaron á valer más la astucia y la maña que la fuerza, inventadas la imprenta y la artillería, rerum summa rediit ad hispanos, por ser hombres más listos, ingeniosos y astutos.
Hambre y Enfermedad, executoras De mis terribles mandos y severos, De vidas y salud consumidoras, Con quien no vale ruego, mando, ó fueros, Pues ya de mi intencion sois sabidoras, No hay para que de nuevo encareceros De quanto gusto me será y contento, Que luego, luego, hagais mi mandamiento: La fuerza incontrastable de los hados, Cuyos efectos nunca salen vanos, Me fuerza á que de mí sean ayudados Estos sagaces milites Romanos, Ellos serán un tiempo levantados, Y abatidos tambien estos Hispanos; Pero tiempo vendrá en que yo me mude, Y dañe al alto, y al pequeño ayude Que yo que soy la poderosa Guerra, De tantas madres detestada en vano, Aunque quien me maldice, á veces yerra, Pues no sabe el valor desta mi mano, Sé bien que en todo el orbe de la tierra Sere llevada del valor Hispano, En la dulce sazon que esten reynando Un Carlos, un Filipo, y un Fernando.
Las musas danzarán sobre tu césped y gustarán la miel de tus colmenas. Sé el manantial donde las almas nobles el agua pura del Ensueño beban, la torre de márfil donde se guarde el tesoro ideal de nuestra lengua. Hispanos: si algún día la escarnecen, nuestras aljabas vaciarán sus flechas, y nos verán, triunfantes o vencidos, al pié de esta sagrada ciudadela. ¡Oh rosas de lascivia!
Dice así en un soneto: «Guiando cada cual su veloz rueda, Á todos los hispanos dieron lumbre Con luz tan penetrante de este carro; El uno, en metro, fué Torres Naharro; El otro, en prosa, puesto ya en la cumbre, Gracioso, artificial, Lope de Rueda.»
Quae eum facit, ea hodie natura, mores et ingenia poseunt, ergo arte facit, quia sequitur rerum naturam. Contra si ad regulas veterumque leges Hispano componeret, contra naturam rerum et ingenia faceret. Restat ergo apud Hispanos Lupum nihilsine arte imo omnia artificiose prudenter que scribere, ipsumque sibi et aliis artera esse.
Y tras fatigas y hórridos azares, cruzando montes, traspasando llanos, salvando la distancia de los mares, la intrépida nación de los hispanos te presentó su mano salvadora, y tu frente abatida, al levantar de España la señera con una cruz volaste y una espada a una playa de todos ignorada.
No morirá en mi tierra la lengua de Castilla, la cultura española no encontrará su ocaso, las leyes del Rey Sabio tendrán vida inmortal; porque en la historia un nombre eternamente brilla, al lado de Cervantes, Molina y Garcilaso, el nombre de aquel vate, héroe y mártir: Rizal. Octubre, 1915. Manileño. Sus primeros modelos fueron Bécquer, Espronceda y otros bardos hispanos.
Palabra del Dia
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