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Marianela; 2 pesetas. La Familia de León Roch; 3 tomos, 6 pesetas. El Amigo manso; 3 pesetas. La Desheredada; 8 pesetas. El Doctor Centeno; 2 tomos, 6 pesetas. Tormento; 3,50 pesetas. La de Bringas, tercera parte del Doctor Centeno; 3 pesetas. Lo Prohibido; 2 tomos, 6 pesetas. La Fontana de Oro; 2 pesetas. Episodios Nacionales: edición ilustrada con más de 1.200 facsímile. Tomo I. Trafalgar.

No le niegue su protección, Ud. que conoce bien todos los abusos y todas las desgracias de que es víctima esa clase desheredada de nuestro país.

En los tiempos en que las ruecas zumbaban activamente en las granjas, en que las mismas grandes damas, vestidas de sedas y encajes, tenían sus pequeñas ruecas de encina lustrada, a veces se veía, ya sea en los caminos de los distritos apartados, ya sea en el seno profundo de las colinas, a ciertos hombres pálidos y enclenques que, comparados con las gentes vigorosas de los campos, parecían ser los últimos vestigios de una raza desheredada.

Una pobre costurera de Londres ansía ver florecer en su ventana un tiesto lleno de tierra negra; una flor daría consuelo a aquella desheredada; mas en la disposición de los seres, por desgracia, en ese momento, la substancia que allá debía ser rosa, es aquí un hombre de Estado... Viene entonces el chulo de navaja y hiere al estadista; la puñalada le descarga los intestinos; lo entierran: la materia comienza a desorganizarse, mézclase a la vasta evolución de los átomos, y el superfluo hombre de gobierno va a alegrar, bajo la forma de una flor a una rubia costurera.

Se dirá, ¿y el indio por qué no reclama? Pues es muy sencillo; el indio de cárcel pertenece á la clase desheredada que ni defiende derechos ni muchas veces los conoce, y á falta de ese conocimiento, elevamos nuestra débil voz á los poderes públicos pidiéndoles hagan desaparecer este monstruoso abuso que ha introducido la costumbre en no pocas provincias filipinas.

Al cual mandó don Fernando que callase y no interrumpiese la plática de don Quijote en ninguna manera; y don Quijote prosiguió diciendo: -Digo, en fin, alta y desheredada señora, que si por la causa que he dicho vuestro padre ha hecho este metamorfóseos en vuestra persona, que no le deis crédito alguno, porque no hay ningún peligro en la tierra por quien no se abra camino mi espada, con la cual, poniendo la cabeza de vuestro enemigo en tierra, os pondré a vos la corona de la vuestra en la cabeza en breves días.

Aquellos hombres, que habían visto sin alarmarse, durante muchos años, cómo cundían y se propagaban ciertas tendencias niveladoras, y cómo se iba rebajando poco a poco el carácter nacional, corrompiendo aquel conjunto de cualidades que un día hicieron del tipo español «el modelo proverbial de los caballeros»; aquellos hombres, digo, que habían visto todo esto y mucho más, sin temblar por el día siguiente, observaron una vez que las predicaciones, que las tolerancias, que las concesiones, que toda aquella política de ancha base que encomiaban a destajo y en la cual creían sin conocerla, estaba dando ya sus frutos naturales y lógicos; que aquellas muchedumbres por las que nada habían hecho ellos nunca, y de las que jamás se habían acordado sino para explotar su trabajo a cambio de un mezquino pedazo de pan, se alzaban imponentes, en virtud de las alas que les prestara una libertad mal entendida; que aquella canalla, como ellos llamaban a la multitud desheredada cuando ésta era dócil, se aprestaba, con la tea en la mano, a imponerse al mundo entero y a transformar, en un instante dado, el modo de ser de la familia y de la sociedad.

La isla de Bohol ó Bojol, esa á la que Cavada llama la hija desheredada de esta espléndida naturaleza intertropical, comprende una superficie de 3.250 km., ocupada por 250.000 habitantes.

Contemplo, con la satisfacción de un privilegiado, á la muchedumbre desheredada que se desliza en la penumbra lanzando miradas codiciosas al banco. El reposo me hace sentir todo el peso de la fatiga anterior. Reconozco que si los hulanos apareciesen de pronto trotando por el centro de la calle, no me movería. Una pierna me transmite su calor á través de una tenue faldamenta de verano.

Y el Africa, continente informe, poblado de desiertos, de mesetas, de llanuras tostadas por el sol, y de pantanos, hace largos siglos que es la tierra desheredada á causa de la falta de fuentes y de ríos.