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Actualizado: 17 de mayo de 2025
No le costaba a ella poco trabajo vigilarla y esconderla de las codiciosas miradas y rapaces manos de Alfonsín, que, si lo dejaran, la rompería para coger el dinero y gastarlo todo en triquitraques... o comprar un carro de mudanza con caballos de verdad.
Los principales fueron: «Que sus Altezas y sus sucesores para siempre jamás dejarán vivir al rey Abí Abdilehí y á sus alcaldes, cadis, mestis, alguaciles, caudillos y hombres buenos y á todo el comun, chicos y grandes en su ley, y no les consentirán quitar sus mezquitas, ni sus torres, ni los almuedanes, ni les tocarán en los habices y rentas que tienen para ellas, ni les perturbarán los usos y costumbres en que están.»
Para engañarse mejor, engañando juntos á vuecencia. Pero el conde de Olivares preferirá su empleo de caballerizo mayor, que le tiene en la corte, y cerca del rey, y vuestro hijo y Zúñiga no dejarán por nada del mundo el cuarto del príncipe don Felipe.
esperando, tal vez, que abriéndose las zarzas dejaran libre paso á la misma Galatea. Así es que al oir agitarse la enramada inmediata, no se sobrecogió lo más mínimo, en espera, como estaba, de algún prodigio.
La señorita Nancy no se avergonzaba, por su parte, de esto. En efecto, a la vez que se vestía, la joven contaba a su tía cómo habían hecho su hermana Priscila y ella para poner sus ropas en las cajas la víspera, porque esa mañana tenían que amasar, y limpiar la casa. Era, pues, conveniente que dejaran además una buena provisión de fiambres para los sirvientes.
Que vengan con nosotros, bien montados, los dos arqueros que nos acompañaron en nuestro viaje por Francia, y en quienes tengo confianza absoluta. Dejarán aquí sus arcos y ni ellos ni tú diréis palabra, aunque os hablen en el campo. ¿Estás pronto? Á vuestras órdenes, señor barón, dijo Roger. ¡Y también nosotros! exclamaron Simón y Tristán, montando y adelantándose á su vez.
Porque la gravedad misma de los sucesos, había en cierto modo anulado su sensibilidad, tal como ocurre cuando atraviesa por el organismo vivo una corriente eléctrica que por demasiado intensa los nervios no la sienten pasar. En el almuerzo, apenas comió. En seguida suplicó que la dejaran sola, declarando que no había dormido en toda la noche anterior y necesitaba descansar.
39 Y te entregaré en mano de ellos; y destruirán tu alto, y derribarán tus altares, y te harán desnudar de tus ropas, y se llevarán los vasos de tu gloria, y te dejarán desnuda y descubierta. 40 Y harán subir contra ti reunión de gente, y te apedrearán con piedras, y te atravesarán con sus espadas.
Hay instantes en que me figuro que ese buen sol, esos árboles en flor, esos pájaros que cantan, son otros tantos amigos que piden gracia para mí y que no me dejarán morir.
Al llegar á la puerta, el vigilante preguntó á Cristián: ¿Le ha interesado á usted, milord? Es un pobre diablo completamente inofensivo... Anda por todas partes en libertad y no hay peligro de que quiera escaparse... Aunque le dejaran la puerta abierta no se iría... Ande usted, 2317, váyase solo á su departamento; yo voy á acompañar á milord...
Palabra del Dia
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