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Actualizado: 29 de mayo de 2025
Y sólo el bajo, un alemán pequeño, de pesada voz que debía avergonzarlo, defendía a la contralto y se atrevió a decir que tenían celos de ella, por poseer un buen palmito.
Los sitiados los rechazaron tambien con felicidad por todas partes, sin embargo de haberse empeñado mas particularmente contra la citada trinchera que defendia Cáceres, situada á las espaldas de la iglesia de San Juan, considerándola con fundamento mas endeble que las otras, porque la escasez de tiempo, y el cansancio de la guarnicion, no habia permitido repararla completamente.
Cerca de él, en el mismo piso, una puerta se había rajado con sordo crujido, no pudiendo resistir varios empujones formidables. Sonaron gritos de mujer, llantos, súplicas desesperadas, ruido de lucha, pasos vacilantes, choques de cuerpos contra las paredes. Tuvo el presentimiento de que era Georgette la que gritaba y se defendía.
El otro día le he visto por la calle de Alcalá enganchado al faetón. Bien de mundo se paraba a mirarlo. Hablaron un rato de los caballos que el duque le había comprado. Este ponía tachas a todos. Fayolle los defendía con entusiasmo de aficionado y de comerciante. En un momento de pausa dijo sacando el reloj: No quiero molestarle más.... Venía a cobrar la cuentesita última.
Y defendía sus convicciones con el entusiasmo místico de todos los que en la Historia intentaron imponer una creencia; con la fe de los guerreros de la Cruz y los del Profeta; con la tenacidad de los inquisidores y de los jacobinos.
La alcanzó; la tuvo ceñida y manoseada brutalmente; la tuvo saturada por su aliento avinagrado, maculada por sus besos voraces y estuosos.... Ya se reía, con una risa sádica y proterva, una risa de victoria y ufanía.... Pero la muchacha se defendía, convulsa y desesperada, con denuedo asombroso y tenaz que centuplicaba sus fuerzas y ponía en sus ojos profundos una lumbre de sagrado furor.
Creyó por un momento que aún era el pobre cultivador de naranjos de otro tiempo y que se hallaba en presencia de aquel Don Ramón majestuoso como un gran señor. Rafael se defendía con el silencio y la altivez.
Sorege hizo un movimiento de cólera, y cogiéndome bruscamente por el cuerpo, balbuceó: ¡Ahora mismo entonces! Ya te tengo... Era forzudo y me había echado en un sofá. Yo me defendía llenándole de injurias al luchar, cuando la cortina del comedor se levantó y apareció Juana diciendo tranquilamente: ¡Ande usted, señor de Sorege! No se moleste por mí ¿Quiere usted que le ayude?
Manuel Antonio defendía a la milicia sólo por oír a Mateo y ponerle fuera de sí. Ahora se observaba un dejo de ironía en sus palabras y mayor deseo de exacerbarle.
Opusose luego á Cárlos su mayor y mas vecino enemigo, al Papa que amparaba y defendia su causa, y al Rey Don Jaime, que de hermano se le declaró enemigo, cuyas fuerzas juntas le acometieron y vencieron en batalla naval, con que la guerra se tuvo por acabada, y Don Fadrique por perdido.
Palabra del Dia
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