United States or Namibia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Nuestro prelado no está educado para esas libertades. Dígame usted: si yo para contestar una demanda tendría que consultar con Castro Pérez, o con cualquier tinterillo, ¿qué haré si un día llego a diputado y tengo que legislar?

La casera y el administrador cotorrearon otro poco, y el resultado de esta nueva conferencia fue que Rossini volvió a subir presuroso y a tener otra hocicada con Segunda en la puerta. «Dígame usted, ¿está durmiendo ahora? ¿Y el niño mama o no mama?» «Pues ahora están los dos callados... Paice que duermen». «Pues silencio.

Pues dígame, señor: ¿piensa vuestra merced caminar este camino en balde, y dejar pasar y perder un tan rico y tan principal casamiento como éste, donde le dan en dote un reino, que a buena verdad que he oído decir que tiene más de veinte mil leguas de contorno, y que es abundantísimo de todas las cosas que son necesarias para el sustento de la vida humana, y que es mayor que Portugal y que Castilla juntos?

Si no, dígame, así Dios le saque desta tormenta, y así se vea en los brazos de mi señora Dulcinea cuando menos se piense... -Acaba de conjurarme -dijo don Quijote-, y pregunta lo que quisieres; que ya te he dicho que te responderé con toda puntualidad.

Sube; no te pesará. Si supieras qué bueno soy yo.... Porque lo cortés no quita lo valiente. Y mañana te vas á tu Humilladero, ó si no quieres ir.... Señor, por Dios, dígame por dónde debo ir. Yo me vuelvo loca. ¿Para qué me ha traído usted aquí? ¿Y dónde estoy? Puede ser que ahora esté más lejos del punto á donde quiero ir.

María Teresa, aniquilada, se recostó en el gran sillón, en tanto que Juan, yendo hacia ella e inclinándose a su lado, le decía con voz grave: María Teresa ¿me perdonará usted algún día de haberme atrevido?... Dígame cuando menos que tengo disculpa; dígamelo, se lo suplico. ¡Hace tanto tiempo que ahogo mi corazón y sello mis labios para ocultar mi locura!

Pero dígame, señora, así el cielo la acomode con otro más blando amante que mi amo: ¿qué es lo que vio en el otro mundo? ¿Qué hay en el infierno? Porque quien muere desesperado, por fuerza ha de tener aquel paradero. -La verdad que os diga -respondió Altisidora-, yo no debí de morir del todo, pues no entré en el infierno; que, si allá entrara, una por una no pudiera salir dél, aunque quisiera.

Téngalo usted muy en cuenta y dígame qué tiempo se necesita para darle por la mar... porque ha de ser por la mar el paseo de hoy, o no me embarco. Pues por la mar será si usted quiere respondió Leto, hechizado ante el aire resuelto de la animosa sevillana , y podemos estar de vuelta antes del mediodía. Corriente repuso Nieves después de meditar unos instantes, con el entrecejo fruncido.

¿Lo intentaría yo si no lo estuviera, Nieves? Y dígame usted a : ¿no se incomodará don Alejandro conmigo cuando sepa que sin su permiso he consentido en hacer eso que tan poco le gusta a él? No, señor, con tal de que estemos de vuelta antes de que él pueda alarmarse con mi tardanza. Eso corre de mi cuenta.

Me es imposible seguir viviendo así. Mi primera idea fue pedir a mi madre que fuese a hablar al señor de Chanzelles, pero he tenido miedo; usted no me había autorizado a hacerlo. Dígame, se lo ruego, si consiente usted esa gestión... Deseo que usted misma me conteste. ¿No comprende cuán desgraciado soy esperando indefinidamente?...