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Actualizado: 9 de junio de 2025
-Digo, señora -respondió él-, que en las cortes de los otros príncipes siempre he oído decir que en levantando los manteles dan agua a las manos, pero no lejía a las barbas; y que por eso es bueno vivir mucho, por ver mucho; aunque también dicen que el que larga vida vive mucho mal ha de pasar, puesto que pasar por un lavatorio de éstos antes es gusto que trabajo.
La sangre que lleva una, No la laves, que por ti Me la sacaron a mí; Porque no hay hora ninguna Que no me traten ansí. Yo no pido que tu olvido Deje de ser el que ha sido; Pero, pues por ti me dan, Sé enemigo o sé galán, O dame mejor marido." ¿Cómo? ¿Que Abenabo Arráez Así cumplió el juramento? Que me haya engañado siento, Mas por vida de Narváez Que no se la lleve el viento.
En otoño, por ser cuando se dan los mejores frutos, se castran las colmenas y está fresca la miel, se empleaba Juana en hacer carne de membrillo y de manzana, gran variedad de turrones y legítimo y esponjado piñonate, cuyos gruesos y dorados granos quedaban ligados con la olorosa miel bien batida.
A hacer dulces es a lo que le gusta más a Nené jugar: ¿y por qué será?: ¡quién sabe! Será porque para jugar a hacer dulces le dan azúcar de veras: por cierto que los dulces nunca le salen bien de la primera vez: ¡son unos dulces más difíciles!: siempre tiene que pedir azúcar dos veces.
Oid, que del poeta Las voces son augustas, Ya entonen la agonía O el cántico triunfal A su eco se levantan Los pueblos oprimidos, Y en pechos maldecidos Esconden el puñal. A su eco se alza el pueblo Rompiendo sus cadenas, Con brazos vigorosos Mas duros que el metal, Y si en la dura lucha Dan vuelta las espaldas, Vuelven, si dá la lira De alarma la señal.
El hombre de La Edad de Oro es así, lo mismo que los padres: un padrazo es el hombre de La Edad de Oro: como una estatua que hay del río Nilo, donde hace de río un viejo muy barbón, y encima de él saltan, y juegan, y dan vueltas de cabeza los muchachos traviesos, lo que no quiere decir, por supuesto, que el río Nilo sea un viejo de verdad, ni que sus cien hijos jugaran así encima de él, sino que el río Nilo es como un padre para toda aquella gente de las tierras de Egipto, porque les humedece los sembrados cada vez que baja de los montes con mucha agua, y así las siembras les dan mucho fruto: por eso quieren al río los egipcios como si fuera persona, y lo pintan tan viejo, porque desde hace miles de años ya hablaban del Nilo los libros de entonces, que estaban escritos en unas tiras largas que hacían de una yerba, y luego las enrollaban alrededor de una varilla, y las metían en su nicho, como los que tienen ahora los escritorios para guardar los papeles.
¡Brava comparación! -dijo Sancho-, aunque no tan nueva que yo no la haya oído muchas y diversas veces, como aquella del juego del ajedrez, que, mientras dura el juego, cada pieza tiene su particular oficio; y, en acabándose el juego, todas se mezclan, juntan y barajan, y dan con ellas en una bolsa, que es como dar con la vida en la sepultura.
Ahí está; si él fuera vestido, de levita, y hablara en extranjero o siquiera en provinciano, lo conseguiría al momento, sin más capital que mucha labia y poca vergüenza. Negocio más lucrativo no se ha visto: le dan a usted la concesión, usted la vende al momento y se hace rico, o poco menos.
¡Que te parecería corto! le interrumpió Melchor, agregando: Bueno, levántense... ya les van a traer desayuno y como en ese momento apareciera un sirviente llevándolo, le dijo: Entre, ché, póngalo aquí... en esta mesa y volviéndose a Lorenzo y Ricardo: les voy a servir yo... ¿cuántos terrones?... ¿Y por qué no nos dan mate?
Y sin embargo, todas estas obras reunidas, no dan todavía una idea exacta del pasado del Perú.
Palabra del Dia
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