United States or Botswana ? Vote for the TOP Country of the Week !


Gabriel guardaba un botón del uniforme del criollo, que en una de estas rebeliones de su debilidad había quedado entre sus dedos. Después, cansados los atormentadores de la inutilidad de sus violencias, le dejaban olvidado en la mazmorra. Un pan y unos trozos de bacalao seco eran su comida. La sed, una sed infernal, le desgarraba las entrañas, le oprimía la garganta y hacía arder su boca.

Su primer libro, Memorias de un vigilante , vio la luz bajo el pseudónimo de Fabio Carrizo; le siguieron Viaje al país de los matreros y En el mar austral . En el tercer aniversario de su muerte se reunieron sus cuentos, publicados en la revista Caras y Caretas, bajo el titulo Cuentos de Fray Mocho . Otros no han sido publicados en libro y aparecerán con el título Salero Criollo.

Muchos hombres arruinados ven de pronto en la agricultura un medio de rehacer sus negocios, á pesar de que ignoran lo más elemental para dedicarse al cultivo de la tierra. Este criollo, acostumbrado á una vida de continuos derroches en París y en Buenos Aires, creyó poder realizar el mismo milagro.

357 Para la cola es pecho y el espinazo es cadera hago mi nido ande quiera y de lo que encuentro como; me echo tierra sobre el lomo y me apeo en cualquier tranquera. 358 Y dejo rodar la bola, que algún día se ha de parar- tiene el gaucho que aguantar hasta que lo trague el hoyo, o hasta que venga algún criollo en esta tierra a mandar.

387 El amor como la guerra lo hace el criollo con canciones; a más de eso en los malones podemos aviarnos de algo; en fin amigo, yo salgo de estas pelegrinaciones. 388 En este punto el cantor buscó un porrón pa consuelo, echó un trago como un cielo, dando fin a su argumento; y de un golpe el instrumento lo hizo astillas contra el suelo.

Por otra parte, los millones de su abuelo «el gallego», algo roídos por su padre el criollo, se estaban deshaciendo entre sus manos. Esto dura demasiado, capitán. Al principio había creído en una guerra de seis meses. Las balas le importaban poco; lo terrible era el piojo, el no mudarse la ropa, el verse privado del baño diario. ¡Si él hubiese adivinado!...

Campos Marquetti defiende la Ley Morúa. Nuestro Corresponsal, con sus disparos de Shrapnell criollo, causó ciento noventa muertos vistos al enemigo y ocupó el dedo gordo del pie derecho de un cabecilla. Todo esto y mucho más hubiera podido anunciar á mis ansiosos lectores, y para ello habría bastado que un grupo de alzados detuviera el tren.

Privadamente, había descubierto ya sus intenciones a los patronos de la escuela; pero, siendo en aquel tiempo escasos los jóvenes de un carácter moral intachable, consintió en continuar el curso hasta la próxima primavera, pasando así todo el invierno. Nadie conocía su intención excepto su único amigo, un tal doctor Duchesne, joven médico criollo, conocido de la gente de Wingdam por Duchesny.

El caballo criollo, que pudo ser en época lejana tan bueno como el mejor, ha degenerado lastimosamente, y casi puede asegurarse que desde la guerra de Independencia, y como triste consecuencia de ella, no hay caballos en Cuba.

Mi hermano es amigo de Carlitos, y se le figura que tengo una suerte loca. Si papá viviera... ¡ah!... él no vería más que mi corazón, ¡pobre viejo!...; riquezas, estancias, apellido, todo estaba de sobra si mi corazón no era feliz. Era un criollo a la antigua, romántico, bravo, generoso, altivo. ¡Sabía ser pobre. ¡Ay, Marianela, la gran miseria de nuestros días es no saber ser pobres!...