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Actualizado: 9 de junio de 2025


¿Preso entre los criminales? ¡Gracias, señor L'Ambert! ¡Eso sería la deshonra de mi familia! ¡Seguirás bebiendo, o no? ¡Ah, Dios mío! ¿cómo beber cuando no se tiene dinero? Todo lo he gastado ya, señor L'Ambert. Me he bebido los dos mil francos íntegros; me he bebido mi tonel y cuánto poseía, y no hay un alma en la tierra que ya quiera abrirme crédito. Me alegro, perillán; hacen todos muy bien.

Eran la alegría y el estorbo del barrio, estímulo y apuro de sus padres, desertores más bien que alumnos de la escuela, un plante del que saldrían quizás hombres de provecho y sin duda vagos y criminales. De su edad respectiva poco puede decirse. Eran niños, y tenían la fisonomía común a todos los niños, la cual, como la de los pájaros, no determina bien los años de vida.

Y las gentes felices temblarían de pavor ante las caras amenazantes, las vestiduras miserables, las miradas de famélico estrabismo, los anhelos locos y criminales de destrucción. ¿Dónde se habían ocultado hasta entonces aquellos monstruos? ¿De qué antro surgían?... Y bien, gentes dichosas, habéis vivido con ellos sin saberlo.

No vayamos a las declamaciones, amigo Valle: la pena de muerte debe de subsistir mientras haya criminales que la merezcan. V. es muy joven, querido, y tiene las ideas generosas, pero irreflexivas, propias de la juventud. Cuando V. haya vivido más, verá que no puede gobernarse con el corazón, sino con la inteligencia.

El castigo sin venganza es la historia de los amores criminales de la duquesa de Ferrara y de su hijastro, que Lord Byron ha hecho después tan célebre, sin otra diferencia que en la obra de Lope se da el nombre de Casandra á la que se llama en la de Lord Byron Parisina . Luis, duque de Ferrara, muestra desde su juventud aversión al matrimonio, consagrándose á cortejar frívolamente ya á ésta, ya á aquella dama.

Los criminales y malhechores, los vagos y pájaros de cuenta, que vagaban por calles y plazas, tenían en el pregón del Pecado Mortal un aviso que le daba el alto en sus fechorías, y más de una vez en el hermano un testigo mudo de sus actos.

Había desaparecido del mundo de un modo infamante, como desaparecen los criminales, doblemente sentenciada, pues hasta su recuerdo era repelido por las gentes; y Ferragut, dentro de unos momentos, iba á hacerla resurgir como un fantasma en la casa flotante que ella había visitado en dos ocasiones.

Los entierran; dicen que la cura no ha alcanzado, y que los médicos no la entendieron. Pero la puñalada hipócrita alcanzó e hirió el corazón. acaso eres de esos criminales, y hay un acusador dentro de ti; y ese frac elegante y esa media de seda, y ese chaleco de tisú de oro que yo te he visto, son tus armas maldecidas. Silencio, hombre borracho. No; has de oír al vino, una vez que habla.

La horca fructificaba todo el año y el verdugo era el hombre más ocupado del reino pero los criminales aumentaban... porque no hay reforma en la degradación: todo degradado por la sociedad se convierte en su enemigo implacable".

Yo ni puedo, ni quiero, ni debo consentir extravagancias tan criminales. ¿No comprende esa mujer de Satanás que la educación que ha dado á su hija, que esos terrores que le ha infundido son como un veneno? ¿Quiere saciar el odio que me tiene, asesinando á su hija, porque también es mi hija? Comendador, ten sangre fría; mira que te engañas.

Palabra del Dia

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