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Actualizado: 22 de octubre de 2025
Después de su regreso á la cárcel fué tal el estado de agitación nerviosa de Ester, que se hizo necesaria la vigilancia más asidua para impedir que intentase algo contra su persona, ó que en un momento de arrebato hiciera algún daño á la pobre criaturita.
Pero en el entresuelo de la calle de Tournon el prestigio poético se atenúa y se descolora y veo a esta joven tal como es: una criaturita inofensiva y graciosa, que sería acaso linda si fuese feliz, pero que tiene las facciones envueltas en un velo de melancolía y de temor que empañan su brillo. Máximo de Cosmes a su hermano. 15 de julio. Elena está decididamente enferma.
El carcelero, después de introducirlo en la habitación, permaneció allí un momento, sorprendido de la calma comparativa que había causado su entrada, pues Ester se había vuelto inmediatamente tan tranquila como la muerte, aunque la criaturita continuaba quejándose. Te ruego, amigo, que me dejes solo con la enferma, dijo el médico.
¿Sería aquello verdad? Estrechó á la criaturita con tal fuerza contra el seno, que la hizo dar un grito: bajó entonces los ojos, y fijó las miradas en la letra escarlata, y aún la palpó con los dedos para tener la seguridad de que tanto la niñita como la vergüenza á que estaba expuesta eran reales. Sí: eran realidades ¡todo lo demás se había desvanecido!
Al llegar al extremo de la calle sentí la necesidad imperiosa de verla otra vez, y di la vuelta, no sin percibir cierta vergüenza en el fondo del corazón, pues ni mi edad, ni mi estado, me autorizaban semejantes informalidades; mucho menos tratándose de tal criaturita. Ya no estaba en el balcón.
No bien hubo percibido aquel rostro delgado y aquella ligera deformidad de la figura, estrechó á la niña contra el pecho, con tan convulsiva fuerza, que la pobre criaturita dió otro grito de dolor. Pero la madre no pareció oirlo. Desde que llegó á la plaza del mercado, y algún tiempo antes que ella le hubiera visto, aquel desconocido había fijado sus miradas en Ester.
No lo puedo remediar, la iniciativa me alborota todo el espíritu, y reviento si no le doy salida... Y me inspira lástima lo que va a nacer, porque es un dolor que viva pobre viniendo de quien viene. No, esto no puede quedar así... ¡pobre criaturita!
Hasta la pobre criaturita que Ester estrechaba contra su seno parecía afectada por la misma influencia, pues dirigió las miradas hacia el Sr. Dimmesdale y levantó sus tiernos bracillos con un murmullo semi-placentero y semi-quejumbroso.
Una arruga surcaba su frente tan pronto como se trataba de esa criaturita, y ella, como amaba apasionadamente a su marido y temía que le tomara aversión a ella misma a causa del niño, se lo ocultaba lo más que podía. El niño se enfermó con escarlatina. Encontré a la madre de rodillas junto a la cama y derramando amargas lágrimas.
Era rogarle que, ya que ha tenido la caridad, según me han manifestado, de recoger esa desgraciada criatura expósita, continuase su buena obra protegiéndola, amparándola, educándola... y cuando tuviese necesidad de castigarla lo hiciese con clemencia, pues la pobre es una criaturita tierna y débil, y los golpes pudieran concluir con su vida...
Palabra del Dia
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