Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 19 de mayo de 2025


Nada más fácil ni más tentador que llevar hasta allí a Germana, como el águila se lleva a un cordero blanco por el aire, y tenderla bajo tres pies de agua, ahogar sus gritos bajo las olas y comprimir sus esfuerzos hasta el momento en que una convulsión postrera hiciera una nueva condesa de Villanera.

6 Y miré; y he aquí en medio del trono y de los cuatro animales, y en medio de los ancianos, estaba un Cordero como muerto, que tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados en toda la tierra. 7 Y él vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono.

Enfermo prosiguió Cordero contando por los dedos , poco agraciado, corto de vista, honrado , como el primero, de buen corazón.... En fin, voy al objeto. Los dos quieren casarse con una tal Sola, y esto parece fin de comedia. Una palabra de la dama va a decidir la cuestión, ¿a cuál de los dos quiero por marido?

Lo peor de todo decía Cordero, constante en su entrañable afecto , sería que Dios te llevase a ti antes o después de que tu marido viniese, porque entonces.... Y... yo pregunto: «¿dónde se encontrará otra Sola

1 Envíad cordero al enseñoreador de la tierra, desde la piedra del desierto al Monte de la hija de Sion. 3 Reúne consejo, haz juicio; pon tu sombra en el mediodía como la noche; esconde los desterrados, no descubras al huido.

Pero Gumersindo e Isabel habían llegado un poco tarde, porque las novedades estaban en manos de mercaderes listos, que sabían ya el camino de París. Arnaiz fue también allá; mas no era hombre de gusto y trajo unos adefesios que no tuvieron aceptación. La Cordero, sin embargo, no se desanimaba. Su marido empezaba a atontarse; ella a ver claro.

Este que era un hombrecillo, flaco, rasurado, de aspecto tímido e inofensivo, empleado en el Tribunal de Cuentas, guardaba bajo capa de cordero un corazón de lobo. Jamás se vio un nombre más exigente para las patatas fritas y el chocolate. Doña Mónica temblaba en su presencia como la hoja de un árbol.

D. Rodriguín oía esto y callaba, admirando la elocuencia del buen señor; pero como las palabras carlista y liberal saliesen a relucir, tal vez impensadamente, en la perorata de Cordero, encrespose el colegial, cambiáronse serias réplicas y reticencias, y trabose al fin una disputilla que no se sabe a dónde habría parado, si Sola no ordenase el silencio para restablecer la paz.

El tema más amado y más favorecido de Cordero era su familia, y no pasaba una hora sin que dijese: «¡qué hará en este momento el tunante de Juanillo Jacobo!» o bien: «¿habrá comprendido Sola, a pesar de mis precauciones, que me ha pasado desgracia?». Debe advertirse que nuestro buen señor había puesto singular empeño en que sus queridos hijos, su hermana y su amiga no se enterasen del triste motivo que en San Ildefonso le detenía, y por esto sus cartas todas parecían novelas, según las invenciones y mentiras de que iban llenas.

Supongo continuó que no tendremos muertos; porque si mi camarada Martínez, que es bueno como un cordero y al que quiero mucho, muere en esta broma, yo mato á su príncipe a continuación, sin regla alguna, como se mata á un boche en el frente.

Palabra del Dia

tundas

Otros Mirando