United States or Ukraine ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y cuando hubiera podido amar a ese muchacho, cuando se hubiera sentido orgulloso de confesarlo por hijo suyo, veíase condenado a olvidarle, a comprimir en lo más secreto de su corazón los fuertes impulsos de su ternura. Lo mejor que podía hacer en favor de este hijo suyo era marcharse y no verle nunca más... Había de ahogar en germen ese amor que hubiera sido para él un verdadero consuelo.

Diciendo estas palabras, Rafael se levantó, se acercó al barón, a quien el oidor ofrecía a la sazón un polvo de rapé, le dio el brazo y en su compañía se acercó a la mesa del juego. La marquesa se guardó la regañadura para mejor ocasión. Rita se tapaba la cara con el pañuelo para comprimir la risa.

¡Por espíritu de contradicción! ¡Á mi costa, en todo caso! Porque por ti he quebrado mi vida. Amaba el mundo, y he tenido que vivir retirada. Sin familia, mi solo consuelo ha sido la adopción de una niña que no era nada mío. He tenido que comprimir todos mis sentimientos y he envejecido estéril é irritada ... Todo por tu causa.

Para que nada falte a esa muchacha, tiene hasta aquellas sutiles cualidades de ingenio y amabilidad que la harán uno de los más bellos adornos de la corte, cuando la haya. Y no se diga que a una joven mayorazga, destinada a casarse con otro mayorazgo, se la debe sujetar y comprimir para que ni hable, ni trate con personas de mundo.

El viejo abandonó su lecho dificultosamente, y creyendo que en efecto era un relámpago, abrió los postigos del balcón y miró hacia afuera: pero el cielo estaba sereno y estrellado, y la luz nocturna iluminaba las aceras. Creyó en una pesadilla y trató de detener y comprimir las ideas confusas que habían pasado por su cerebro mientras dormía.

¡Usted lo sabe, usted lo sabe! exclamó la joven rebosando alegría. No más sino que te caes de boba. Eres más sosa que la capilla protestante. Mi madre declaró Isidora poniéndose la mano en el corazón, para comprimir, sin duda, un movimiento afectuoso demasiado vivo , mi madre... fue hija de una marquesa».

Nada más fácil ni más tentador que llevar hasta allí a Germana, como el águila se lleva a un cordero blanco por el aire, y tenderla bajo tres pies de agua, ahogar sus gritos bajo las olas y comprimir sus esfuerzos hasta el momento en que una convulsión postrera hiciera una nueva condesa de Villanera.

Esto sería cierto, y el temor sería fundado, si la isla de Guajan constituyera por condiciones de situación un punto avanzado ó una atalaya estratégica, que en el bronce de sus cañones residiera el comprimir deteniendo, y en las plataformas de sus fuertes el comprimir avisando, dando con su campana de rebato la señal de peligro, ó en el estruendo del cañón la voz de alarma, previsores alertas, cuyos ecos, dada la situación de Guajan no tendría otra contestación que el mugir de las olas que se deshacen en los senos madrepóricos de caliza y coral, y el rebramar de los duros Nordestes que reinan en aquellas regiones.