Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 30 de junio de 2025
Como muchos funcionarios sin fortuna, retrocedió ante lo desconocido del matrimonio, creyendo que las obligaciones y las responsabilidades de la vida conyugal son obstáculo para las funciones administrativas.
Está inquieta dijo Huberto; se explica; adora a su padre. Sí, pero esta es una exageración de amor filial, y casi un atentado a su amor conyugal. En fin, esperaré a que el señor de Chanzelles se restablezca, entonces recuperaré mis derechos de novio. Es de desearse dijo la señora Gardanne.
»De un punto sumamente grave te quiero hablar ahora, y es de la vida conyugal, cosa que, según oigo decir, anda ahora muy por los suelos. Yo quisiera que la tuya fuera ejemplar y que nadie pudiese en ningún punto poner en duda la limpieza de tu honor ni la firmeza de tu fe matrimonial.
Frecuentaba la casa, los acompañaba algunas veces en sus paseos, les demostraba un afecto paternal y les prestaba los servicios que podía y en todo caso el auxilio de su experiencia. ¡Cuántas veces, sorprendiendo sin querer alguna caricia furtiva, se le rasaron los ojos de lágrimas recordando los contados días de su dicha conyugal! Mario lo observaba y le hacía una seña a Carlota.
Aquella vida que no quería recordar, iba desarrollándose ante sus ojos cerrados: su luna de miel de empleado modesto casado con una mujer bonita y educada, hija de una familia venida a menos; la felicidad de aquel primer año de pobreza endulzado por el cariño; después, las protestas de Enriqueta revolviéndose contra la estrechez; el sordo disgusto al oírse llamar hermosa por todos y verse humildemente vestida; los disgustos surgiendo por el más leve motivo; las reyertas a media noche en la alcoba conyugal; las sospechas royendo poco a poco la confianza del marido, y de repente el ascenso inesperado, el bienestar material colándose por las puertas, primero tímidamente, como evitando el escándalo; después con insolente ostentación, como creyendo entrar en un mundo de ciegos, hasta que ya por fin Luis tuvo la prueba indudable de su desgracia.
Al alba poco más o menos, Rosalía, vencida del sueño, se adormeció en un sillón frente al lecho conyugal donde el bueno de Thiers reposaba, aletargado ya; y lo mismo fue caer la señora en aquella modorra que empezará ver al Torres y su barba y nariz famosas.
Aunque a primera vista parezca lo contrario, es más fácil hacer la paz que «hacer las paces». Ya oigo exclamar: ¡Qué paradoja! No hay tal paradoja; espero demostrarlo. Lo que ocurre es que la diferencia de magnitud entre ambos conflictos, el conyugal y el internacional, hace creer a los espíritus superficiales que este último tiene un arreglo infinitamente más difícil que el primero.
Lucía se sujetaba en todo al método de la enferma. A las seis dejaba pasito el lecho conyugal y se iba a despertar a la anémica, a fin de que el prolongado sueño no le causase peligrosos sudores. Sacabala presto al balcón del piso bajo, a respirar el aire puro de la mañanita, y gozaban ambas del amanecer campesino, que parecía sacudir a Vichy, estremeciéndole con una especie de anhelo madrugador.
Cuando la industria conyugal se exhibe de ese modo, se facilita singularmente el cambio de buenas relaciones entre los países productores de maridos y las regiones cultivadoras de mujeres. La familia Harvey tenía, pues, un pie en Francia y el otro en Inglaterra, pero Francia triunfaba, puesto que el conde de Sorege había sido admitido como futuro esposo.
La González era cómica por amor; se había enamorado de Perales, que la había robado; casados en secreto, recorrían después todas las provincias, y para ayuda del presupuesto conyugal la enamorada joven, que era hija de padres ricos, se decidió a pisar las tablas; imitaba a quien Perales la había mandado imitar, pero en algunas ocasiones se atrevía a ser original y hacía excelentes papeles de virgen amante.
Palabra del Dia
Otros Mirando