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Actualizado: 31 de mayo de 2025


Al gabinete de la derecha, donde estaba el despacho de Thiers y la alcoba conyugal, se le llamaba Gasparini, sin duda por ser lo más bonito de la casa. El otro gabinete fue bautizado con el nombre de la Saleta.

El presente sucedido es popularísimo en Lima y te lo referirá, lector, con puntos y comas, el primer octogenario con quien tropieces por esas calles. La mujer de Román, si bien honradísima hembra en punto a fidelidad conyugal, tenía las peores cualidades apetecibles en una hija de Eva.

Cuanto en su alma había de recto y pudoroso, así lo ingénito como lo educado por Bringas en tantos años de intachable vida conyugal, se sublevó y se puso en guardia. Pez resultaba ser un muchacho casquivano en aquella hora crítica; transfigurose en un romántico de los que se decoran con desesperación, y se engalanan con un bonito anhelo de morirse.

Si se pudiera ver interrumpió la esposa del señor Infanzón. Este fulminó terrible mirada de reprensión conyugal y rectificó diciendo: Luciría más... si no estuviera un poquito ahumado.... Tal vez la cera... el incienso.... No señor; ¡qué ahumado! respondió el sabio, sonriendo de oreja a oreja . Eso que usted cree obra del humo es la pátina; precisamente el encanto de los cuadros antiguos.

Un día se entusiasmará con cualquier escritor francés que identifique las pasiones humanas a los ciegos impulsos de las bestias, que describa nuestros amores con la libertad brutal y repulsiva que si se tratase de los de un toro y una vaca: al siguiente caerá de hinojos ante un místico ruso que tenga a pecado el amor conyugal y niegue a los tribunales el derecho a juzgar a los delincuentes.

EL JUEZ. Estos escrúpulos le honran. ¡Pero después se ha desquitado usted...! ¡Las quería usted menores, picarón! ELOY. ¡Yo picarón...! ¡Usted tiene ganas de broma...! ¡Aborrezco el amor, así se trate del conyugal...! EL JUEZ. ¡Usted oculta sus intenciones, mi querido diputado! ELOY. Le repito que soy víctima de una maquinación. La culpa de todo esto la tiene la Proporcional.

Gracias a su dinero y a algunos altos parentescos, Sofía es admitida en sociedad, pero no lleva a su Jansien, que se encuentra más a sus anchas, para satisfacer sus gustos, en el recogimiento del hogar conyugal. Se dice que se llevan bien. Ella no murmura sobre el número de botellas que el hombre se bebe todos los días, y él la deja, sin mal humor, ir adónde le acomoda y hacer lo que se le antoja.

Pero ella le quería, estaba segura de ello, le quería con un cariño filial, mezclado de cierta confianza conyugal, que valía por lo menos tanto, a su modo, como una pasión de otro género. Y además, si no fuera por don Víctor, el Magistral no tendría por qué defenderla, ni aquella lucha entre dos hombres distinguidos que comenzaba aquella tarde tendría razón de ser.

Entendía don Pedro el honor conyugal a la manera calderoniana, española neta, indulgentísima para el esposo e implacable para la esposa. Y a él que no le dijesen: Rita no estaba sin algún enredillo.... Acerca de Carmen y Manolita no necesitaba discurrir, pues bien veía lo que pasaba. Pero Rita....

Con pasmosa generosidad repartí entre parientes, amigos y paisanos los cuantiosos bienes de mi marido. Sólo guardé para , relativamente, una pequeñísima parte: menos, mucho menos de lo ganado durante la sociedad conyugal: mucho menos de lo que por derecho me pertenecía. Mi estupenda generosidad tenía pasmados a todos los brasileños. No había quien no me celebrase y aplaudiese.

Palabra del Dia

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