United States or Saint Helena, Ascension, and Tristan da Cunha ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cuando se inflamaron los globos de luz eléctrica y se alejó el criado, Gallardo quedó en el centro del despacho, vacilante sobre sus piernas, paseando por las paredes una mirada de admiración, como si contemplase por primera vez este museo de gloria.

Como si se contemplase segura y libre de miradas indiscretas, sus ojos se fueron serenando poco a poco y se posaron con indiferencia en las pocas personas que en el carruaje había; mas no desapareció del todo la sombra de preocupación esparcida por su rostro, ni el gesto de desdén que hacía imponente su hermosura. El juvenil admirador no había renunciado a perderla de vista.

Su enfado por las risas del Gentleman-Montaña no duró mucho. Además, Gillespie, queriendo desenojarla, se colocó bajo una ceja la lente que le había regalado para que la contemplase. El enorme cristal estaba pulido con una perfección digna de los ojos de los pigmeos, los cuales podían distinguir las más leves irregularidades de su concavidad.

Por eso te amo como á blanca estrella Que resplandece en el inmenso cielo, Y que sin alcanzarla desde el suelo, La contemplase siempre pura y bella. ¡Voy á morir! Ya todo me lo anuncia: Madre adorada, patria mia ¡Adios! Ultimo nombre que mi voz pronuncia, ¿Quién te adoró en el mundo mas que yo?

Pensaba en el ser misterioso que llevaba en sus entrañas, en cuál sería su fortuna al surgir al mundo, en la miseria que rondaba en torno de ellos, amenazándoles con toda clase de privaciones. Isidro sorprendía algunas veces en su mirada una curiosidad molesta, como si le contemplase por primera vez, como si le examinara a una nueva luz, viéndole totalmente cambiado.

Se miró á misma con una conmiseración despectiva, como si se contemplase por primera vez. Ella que se había creído durante muchos años el centro de lo existente, se veía en lo más bajo, y aún adivinaba nuevos abismos por los que seguiría rodando, pues para la desgracia nunca hay término. Los demás podían evocar su pasado con una melancolía dulce.

Su rostro tenía una expresión de extrañeza, como si contemplase en pleno trastorno las leyes físicas más elementales. Le era imposible comprender en sus reflexivos silencios cómo los alemanes no habían conquistado aquel suelo que ella pisaba; y para explicarse este fracaso, admitía las más absurdas suposiciones. Una preocupación particular aumentaba su tristeza.

Cuando ella contemplase la estrella al anochecer, él estaría viendo el sol de las primeras horas de la tarde. Y aunque para los dos fuese de noche al mismo tiempo, ¡quién sabe si luciría sobre sus cabezas el mismo astro!... Cada hemisferio de la tierra tiene su cielo y sus constelaciones.

Dejole largo rato que la contemplase a su sabor, y luego, de un tirón, descorrió la segunda tela. La figura que ocultaba era infinitamente superior a la primera, y el deán se deshizo en elogios y alabanzas. Pero esto no fue nada comparado con lo que experimentó y dijo al descubrir el artista el tercer lienzo.

De tarde en tarde, el remordimiento y el miedo se apoderaban de él. ¡Ay, si la otra contemplase desde lejos lo que le estaba ocurriendo en el buque! ¡Si Teri pudiera verle como se ve por el ojo de una cerradura!... La vergüenza le hacía permanecer inmóvil en su sillón, leyendo un libro, indiferente a cuanto le rodeaba.