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Actualizado: 2 de noviembre de 2025
Con quietud se vive, y en consuelo, Sin pena, sin dolor y sin tristeza, Que no dura jamas el triste duelo, Que es Lima del Perú flor y belleza. Sereno está, apacible y claro el cielo, En un ser uniforme y gran firmeza, Y aunque ha habido temblores muchas veces, Mas ha sido el ruido que las nueces.
Antes de morir tiene el inefable consuelo de ver a su hijo gobernador de una provincia de tercera clase. Célebre apóstrofe de D. Manuel Pez contra las improvisaciones. Los prohombres de la tertulia de Pez exhalan, en desgarradoras quejas, su sentimiento de ver a la patria en situación tan triste. Todos quisieran salvarla.
Hay que confesar que es una condición bien digna de lástima la mía, porque, por muy maltratados que se vean por la suerte la mayoría de los hombres, cuando menos pueden encontrar algún día consuelo en alguna persona querida.
Me ofrecéis, ¡oh ilusiones! la copa del consuelo, y mis jóvenes años a despertar venís: gracias a tí, tormenta; gracias, vientos del cielo, que a buena hora supísteis cortar mi incierto vuelo, para abatirme al suelo de mi natal país.
Sin disimular apenas, disimulando muy mal su dolor que era el más hondo, el más frío y sin consuelo que recordaba en su vida, salió De Pas de la sacristía, y anduvo por las naves de la catedral vacilante, sin saber encontrar la puerta.
Es que esta maldita venda dijo Bringas dando un suspiro , me agobia, me pesa como si fuera el bastión de una muralla... Es verdad que padezco mucho cuando me hiere la luz; pero también la impaciencia, y sobre todo la oscuridad me mortifican horriblemente... Es un consuelo ver de rato en rato alguna cosilla, aunque sólo sea la cavidad de la habitación, con los objetos confusos y como borrados; es consuelo verte, y por cierto que si no me engaña esta pícara retina enferma, tienes puesta una bata de seda... La que te dio Agustín ¿no la habías deshecho para cortar un vestido a la niña?
Oiga la verdad que imprime en estas líneas un oscuro y pobre escritor, que no tiene en el mundo otro caudal, ni otra esperanza, ni otro consuelo, que la religion de su penoso y elevado oficio; oficio que él estima tanto como D. José Salamanca su fausto y sus millones. Oiga una vez la leccion severa de la moral, quien ha recibido tantas veces las caricias aduladoras de la fortuna.
Para él eran todos los cuidados y los infinitos mimos y delicadezas cuyo secreto pertenece a las madres, y algunas veces a los padres, cuando faltan aquellas. Jamás contrariaba a su hijo en nada que fuera para su consuelo y entretenimiento en los límites de lo honesto y moral.
Aquella noche, al apoyar la señora de Ponce su cansada cabeza sobre la almohada, trató de imaginarse a Carolina durmiendo en aquel momento tranquilamente en la gran casa-colegio de la colina, y a la sola idea de que la tenía tan cerca sentía la infeliz pecadora inefable consuelo.
Causaba lágrimas de consuelo el oirle a ésta con tanto agrado, devoción y dulzura sacrificar a JESUCRISTO su juventud, sus prendas, sus hijos y su vida: protestando, que sentía en el alma no poderla perder mil veces, en desagravio de las ofensas, que reconocía haber hecho a su Redentor, cuyo perdón esperaba, por los méritos de su sangre y por la intercesión del amparo de pecadores MARIA, cuyo tierno amor, decía, que nunca había podido arrancar de su corazón.
Palabra del Dia
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