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Actualizado: 1 de noviembre de 2025
También, y más de una, cuando ya era tarde fue la severa respuesta, que dejó a la doncella callada y confusa. ¿Cómo es que el Rey se halla aquí, en tierras del Duque? pregunté para romper el embarazoso silencio. El Duque lo invitó, mi buen señor, a que descansase aquí hasta el miércoles, mientras él preparaba la recepción del Rey en Estrelsau. ¿Es decir que son buenos amigos?
Emilia, sintiendo tan cerca aquellos pasos de hombre impaciente, se turbó contrariada y confusa; pero de pronto se rehizo, mató de un soplo la luz, preparó sumas hechicera sonrisa y atrayendo hacia sí la puerta para que él no se enterase de lo que causaba su vergüenza, salió al encuentro de Julián, diciendo entre dientes y rapidísimamente a la doncella: ¡No tengo tiempo de elegir! ¡Guárdalas a escape... y di que me quedo con las siete!
La estadística se calla en este punto respondió la Roubinet ligeramente confusa. Pero he leído con gran satisfacción la vida de ciertas solteronas sabias o artistas dijo con su énfasis habitual. ¡Oh! exclamó Petra. Creo que sueña usted. No, por cierto insistió la Roubinet. Así, en literatura...
No solo son vivientes sensitivos los hombres, sino tambien las bestias; con que con la nocion genérica de animal conocemos al hombre y al bruto: y aunque la nocion de animal es clara para conocer lo viviente sensitivo, es confusa para conocer por ella sola al hombre.
Se detuvo un poco confusa, tanto por la gravedad de la confidencia como por la dificultad de completarla. Pero era un espíritu enérgico y continuó atrevidamente: Ha hecho usted muchas locuras, pero las ha expiado con muchos sufrimientos. Está usted, pues, en paz consigo mismo. ¿Por qué insiste usted en dejar el mundo á pesar de la pena que causa á su familia?
Á la pobre Laura se le encendió el rostro. Quedó confusa y temblorosa, y no supo más que decir mientras trataba de sustraer su mano á las apasionadas caricias del mayordomo: ¡No, eso no... eso no! Lo que cuesta un perro de caza.
La miré fijamente, atónito ante aquel enigma, ante aquel misterio; pero la visión no duró más que algunos segundos, porque la monja, llamada por otra, se apartó de la reja, y salió rápidamente del coro sin besar el pie del Santo Cristo. Al hallarme solo, reuní todos, absolutamente todos los rayos de mi razón, y juntándolos, los dirigí a la confusa y negra obscuridad de aquel fenómeno.
Vera Tassis asegura que en la biblioteca del Colegio mayor de Oviedo, en Salamanca, se conservan las obras de Calderón: posible es que existieran allí esas comedias que se han creído perdidas, ignorando yo si se han hecho algunas investigaciones para averiguarlo. En la biblioteca del duque de Osuna se encuentra manuscrita la comedia La selva confusa, que lleva la firma de D. Pedro Calderón.
No había más que una sirviente inútil con quien doña Rebeca reñía de la mañana a la noche; escaseaban las viandas, y apenas si unas ascuas rusientes daban allí una idea remota de hogar. El cuarto de Carmencita era un páramo. Los escasos muebles parecían perdidos a la sombra de las paredes, en una línea confusa como de horizonte.
En cuanto a la señora Adelaida, había levantado a Adela, e incapaz de expresar de otro modo su alegría, sollozaba estrechándola contra su corazón, mientras que Adela, confusa, ocultaba entre sus brazos su rubor modesto y su conmovedora emoción.
Palabra del Dia
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