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Actualizado: 31 de mayo de 2025


El maravilloso trabajo de la Providencia, el misterio más bello de su sabiduría infinita, consistía en concertar con atinada armonía todos aquellos resultados de la libertad humana á fin de que concurriesen al cumplimiento de la ley eterna del progreso, ó en tenerlos previstos con tan divina previsión y acierto, que no perturbasen lo que estaba prescrito y ordenado; así como, aunque sea baja comparación, cuenta el inventor y constructor perito de una máquina con los rozamientos y con el medio ambiente.

Es necesario dominar los nervios y ordenar las ideas. Seguramente viene a hablarme de la pretensión de su nieto, Carlitos Nuezvana, el rey de los cipreses, respecto a Inesita, mi querida protegida, mi futura hermana. Quizá me proponga que la ayude a concertar el matrimonio. ¡Pobre señora! No sabe lo que ocurre. Confieso que la entrevista me resulta un poco imponente. No es para menos.

Ahora bien: discurramos un poco sobre los mejores métodos para concertar armisticios conyugales y llegar a la armonía definitiva. Se trata de un punto psicológico complicado, del cual depende el renacimiento de la dicha eclipsada. Desde luego, sólo aludiremos a desavenencias exentas de gravedad.

En cuanto a Yégof, sentose en el viejo sillón de cuero, detrás de la estufa, extendió las piernas, como si estuviera en un trono, y paseando a su alrededor la mirada con imperio, exclamó: Vengo de Jéromé directamente para concertar contigo un matrimonio, Hullin. No ignoras que me he dignado fijar los ojos en tu hija, y vengo a pedírtela para que sea mi mujer.

Pero la verdadera casamentera no es la que ejerce este género de gestiones pedidas, sino aquella que, sin pedírselo nadie, se pone a concertar bodas y a tramar enlaces, usurpando su papel al azar o a los designios providenciales que rigen el nacimiento del amor en nuestro espíritu. Porque el amor, como el rayo, surge de una manera instantánea y fulminante, cuando menos lo pensamos.

Con palabras eficacísimas y juramentos estraordinarios, me dio la palabra de ser mi marido, puesto que, antes que acabase de decirlas, le dije que mirase bien lo que hacía y que considerase el enojo que su padre había de recebir de verle casado con una villana vasalla suya; que no le cegase mi hermosura, tal cual era, pues no era bastante para hallar en ella disculpa de su yerro, y que si algún bien me quería hacer, por el amor que me tenía, fuese dejar correr mi suerte a lo igual de lo que mi calidad podía, porque nunca los tan desiguales casamientos se gozan ni duran mucho en aquel gusto con que se comienzan. »Todas estas razones que aquí he dicho le dije, y otras muchas de que no me acuerdo, pero no fueron parte para que él dejase de seguir su intento, bien ansí como el que no piensa pagar, que, al concertar de la barata, no repara en inconvenientes.

Para concertar los chambos y solemnizar las ventas buscábase el amparo de un sombrajo, bajo el cual una mujerona vendía bollos adornados por las moscas ó llenaba pegajosas copas con el contenido de media docena de botellas alineadas sobre una mesa de cinc. Batiste pasó y repasó varias veces entre las bestias, sin hacer caso de los vendedores que le asediaban adivinando su intención.

Pero al acudir a la entrevista, que era, por más señas, en el terreno neutral del café, Borrén conoció que Baltasar traía alguna extraordinaria nueva. Ya no hay necesidad de concertar planes declaró el teniente con forzada risa . ¿No se lo decía yo a usted? Me destinan allá... a Navarra. La cosa anda mal. ¡Bah!... cuatro bandidos que salen de aquí y de acullá; hombre, partidillas sueltas.

Sin embargo de las precauciones que ellos tomarian para que su secreto no fuese público hasta la hora conveniente, llegaron á oidos del rei las tramas que tan en su daño maquinaban; i así en el 17Concilio i último de los celebrados en Toledo, dió la nueva de caso tan grave i de tanta importancia á los prelados i caballeros del reino que estaban juntos en Córtes, declarando todo lo que por manifiestos indicios i por la confesion de algunos conjurados habia descubierto, que era reducido á haberse carteado los judíos españoles con los de Africa con el fin de concertar el modo de levantarse contra los cristianos i destruirlos.

Llenos todos tres de ardiente patriotismo, todos tres animados del mejor deseo, ponian en juego cuantos medios estaban á su mano para concertar en el antiguo continente la manera de cambiar la faz política de su pais, dándole un gobierno independiente y republicano que guiase los pueblos á la prosperidad y adelantos que el movimiento general de la época y la riqueza de la América reclamaban.

Palabra del Dia

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