Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 1 de junio de 2025


Los dueños de los gallos se retiran á otra señal, y los combatientes se contemplan con las plumas erizadas, mueven la cabeza y se arrojan uno sobre otro, continuando la riña hasta que uno de ellos cae mortalmente herido.

Los combatientes de América batallaban por ideales simples y robustos: el derecho á la vida de los débiles, la dignidad y la libertad de los hombres, la desaparición de las guerras, la inteligencia entre los pueblos, el derecho soberano reglamentando la vida de las naciones; cosas que hacían sonreir poco antes á los escépticos del viejo mundo.

En aquel instante abrirse una ventana sobre cabeza, la voz de un hombre preguntando: «¿Qué es eso? ¿qué ocurre?» y después pasos precipitados. Oprimí firmemente el puño de mi espada. Si De Gautet llegaba a salir su muerte era segura. después el choque de dos aceros, las pisadas, de los combatientes y el grito de uno de ellos al caer herido.

Celemín dispuso el desafío de manera que uno de los combatientes diera la espalda al foro y el otro al público, y arregló, por medio de ingenioso expediente, los calzones del que daba la espalda al público, para que en un momento dado se le descosiesen por la parte más prominente y rotunda y dejasen al aire ciertas interioridades. Y así fué. Cuando se abrió el pantalón, resonó un aplauso cerrado.

Pero, dejando a un lado mi humilde persona, voy a narrar el momento más terrible de nuestra lucha con el Victory. El Trinidad le destrozaba con mucha fortuna, cuando el Temerary, ejecutando una habilísima maniobra, se interpuso entre los dos combatientes, salvando a su compañero de nuestras balas.

Si en toda esa region se ven á cada paso las huellas de los combatientes, en todas las ciudades se halla tambien un no qué de mixto en las costumbres, las instituciones y las ideas, que manifiesta al mismo tiempo la influencia del contagio frances y la del movimiento frecuente y complejo de los extranjeros de todos los países que visitan las comarcas magníficas del Rin.

Es de esa raza vigorosa y altiva que han salido tantos valientes, de los vencedores en Tenerife y Barbacoas, en la época de la independencia, y mas tarde tan temibles combatientes en las desgraciadas contiendas civiles del Magdalena.

En fin, su segunda parte, siguiendo la tradución, comenzaba desta manera: Puestas y levantadas en alto las cortadoras espadas de los dos valerosos y enojados combatientes, no parecía sino que estaban amenazando al cielo, a la tierra y al abismo: tal era el denuedo y continente que tenían.

No bien fue de día claro, combatientes y padrinos fueron a un sitio apartado y esquivo, a más de dos kilómetros de la fonda, a una pradera sin árboles, en medio del bosque. Todo se hizo allí como estaba concertado. Arturito, sostenido por el pundonor, disimulaba su abatimiento: conocía que el duelo era inevitable, sopena de quedar para siempre humillado, pero presentía el desenlace más triste.

Hubieran semejado dos estatuas de bronce, si no se hubiera sentido el resoplido de la fatigada respiración de los combatientes y si no se hubiera visto correr abundante sudor por sus encendidas mejillas. ¡Quién sabe cómo hubiera terminado aquel combate! Mal hubiera terminado, sin duda, si no llega precipitadamente el abad y logra al punto separarlos.

Palabra del Dia

dermatológicas

Otros Mirando