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Actualizado: 25 de junio de 2025
A lo lejos se escuchaba el sordo rodar de los coches, anunciado antes por el retemblido de los vidrios; y dominando los rumores de la calle, la voz del jesuita que decía: Qui quasi putredo consumendus sum, et quasi Vestimentum quod comeditur a tinea....
Resuelto, pues, a llevar a cabo el proyecto, comenzó sigilosamente a hacer sus preparativos. Vendió los coches y los caballos, giró a la capital de Francia dinero, envió a su criado por delante con los objetos necesarios, hizo la maleta; y una tarde se metió cautelosamente en un coche del Sud-exprés y huyó de Madrid sin dar cuenta a nadie de su viaje.
El tiempo que se emplea desde Camerlata á Milan, es el de una hora poco mas: el movimiento es desigual é incómodo, la nivelacion no está bien hecha: los coches son buenos, soberbia la campiña.
Llegan coches y más coches, llegan los artistas que entran por otra puerta seguidos de amigos y admiradores. Paulita ya ha entrado y continúa Tadeo: Esas son las sobrinas del rico Capitan D, esas que vienen en el landó; ¿ves qué hermosas y sanas son?
Allí, aunque el ejército español era de 45.000 hombres y los franceses andaban cerca de Monzón, él privado convence al Rey de que no debe salir a campaña y mientras le deja entretenerse en ver jugar desde una ventana a la pelota, él se pasea por la ciudad dos veces al día con séquito de doce coches y cuatrocientos soldados.
Figúrense ustedes que hay allí un teatro en el que se pueden representar óperas enteras. Hace poco tiempo se puso en escena un baile en que la gran cantante hizo en mímica el principal papel... Para eso es excusado tener la más hermosa voz del mundo. No se puede imaginar el lujo de aquella casa. Los invitados tienen á su disposición caballos de montar y coches.
Ana se vio envuelta, sin pensarlo, por aquella multitud. No se podía salir de la acera. Había mucho lodo y pasaban carros y coches sin cesar; era la hora del correo y aquel el camino de la estación. Los grupos se abrían para dejar paso a la Regenta.
Visita le ayudaba a subir y bajar las escaleras del Banco y los coches de punto, le llevaba los rollos de valores, le tenía por el bastón mientras firmaba documentos o contaba billetes y le echaba la goma a la cartera. ¡Y que no hacía ella estas cosas con poco gozo! La cuitada se juzgaba tan inútil que cuando podía prestar algún servicio su corazón se inundaba de alegría.
Por la mañana, cuando despierto en la Sierra y oigo pregonar el botijo e leche, me siento mal; créanlo ustedes... Al llegar a Madrid, y ver la gente de capa, las mujeres con mantones, las calles mal adoquinadas, y los caballos de los coches como esqueletos, no veo la hora de volverme a marchar».
Por eso Paris, sin dejar de ser una ciudad importantísima, es una ciudad aparente; artísticamente mentirosa, artísticamente exagerada, exageradamente culta. Llegamos al hotel cerca de las diez, y mi mujer y yo digimos: Paris es un mónstruo muy bello, sobre todo muy iluminado: su morada seria deliciosa sin coches: con coches, viene á ser un infierno vivo.
Palabra del Dia
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