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El individuo parece absorberse en el grupo que le circuye por todas partes, y se halla como privado de la conciencia de su dignidad y de su poder. No quiero decir que pierda realmente su personalidad en la familia, en la ciencia, en el arte, en la industria, en la religion, en el derecho, no: una entidad absoluta no se pierde por combinaciones accidentales.

El brigadier me esperaba ya, ocupando su puesto en la carretela, acompañado de otro amigo. Llego, monto, me siento, y el coche arranca. No habian pasado nueve minutos cuando nos encontramos, cerca de la barrera que circuye á uno de los cafés cantantes de los Campos Elíseos.

La mujer se convierte en una maravilla, en un monumento; parece rodearse de ese prestigio inexplicable que circuye á una estátua; nos llama á con la atraccion eléctrica que en nosotros produce el arco Iris; no es mujer, repito: es una melancolía delicada, un arte sublime, un gran poder, porque el elemento maravilloso, ese algo fantástico á que suele darse tan poco sentido, es un poema armonioso é infinito que la naturaleza ha grabado en nuestro corazon.

Del Uruguay dos gigantescos brazos Oprimen su cintura en derredor, Como tu talle esbelto y delicado Circuye en torno el brazo del amor. Esconde la rivera entre sus guijas Las perlas con el nacar y el coral, Como atesora tu alma rica y bella De angélicas virtudes un caudal.

«Su nombre está escrito del pueblo en el seno, De sus altas glorias el mundo está lleno, Su frente circuye laurel inmortal; Atleta de Mayo, venció los esclavos, De un pueblo de siervos rompiendo los clavos Bañó su cabeza con óleo de paz.

Consiste en que D. José Salamanca ama especialmente con los sentidos, de una manera casi voluptuosa. Tiene tambien el sentimiento de la vida; por eso se rodea de una opulencia y de unos placeres que los demás ricos no saben adquirir; tal vez los codician; pero ni los sabrian tener; por eso idealiza cuanto le circuye, con una pompa y una imaginacion que deslumbran.

Al menos no desmienten la impresion que aquí se recibe. Circuye al suntuoso edificio una gran galería de setenta columnas de un metro de espesor y diez de altura, sostenidas por un basamento de tres metros de elevacion. Un sólido cornisamento y un elegante ático coronan las setenta columnas, de órden corintio, las cuales nos hacen sentir la doble emocion de la majestad y de la fuerza.

Tomamos un sorbo de cerveza, miramos á nuestro alrededor, principiamos á contar las luces, aunque no pudimos terminar; cruzamos algunas palabras sobre el viso dramático que los franceses saben dar alas cosas, sobre esa habilidad fascinadora que sabe hacer bonito, muy bonito, lo que es realmente feo, muy feo; sobre ese instinto trastornador que convierte la realidad en apariencia, y la apariencia en realidad, ofuscándonos de tal modo, que casi llegamos á perder el conocimiento natural de lo que es bueno y de lo que es malo; discurríamos, vuelvo á decir, sobre el particular, cuando el clamoreo confuso y prolongado de la multitud que circuye la barrera, vino á noticiarnos que la hora del concierto se aproximaba.

Véanos el lector en una inmensa sala, cuyo techo está sostenido por delgadas y elegantes columnas de hierro. Hácia los lados hay dos filas de mesas de granito rojo. En la fila que circuye las paredes del establecimiento, cada mesa está separada por un aparato de madera bruñida, imitando biombos, con el objeto de impedir las corrientes del aire.

La parte principal de la ciudad, formando una isla, ligada por un puente colgante al barrio de Jimaní que toca al continente, es toda de mampostería pesada; una enorme muralla, llena de fortificaciones en otro tiempo formidables, la circuye, defendiéndola de las invasiones del mar.