Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de junio de 2025
El pueblo ha aceptado el oscuro de las capas, imponiendo el rojo de las vueltas; ha consentido las capotas, conservando las mantillas y los pañuelos chillones para la cabeza; ha transigido con los gabanes y aun con el polisón, a cambio de las toquillas de gama clara, en que domina el celeste, el rosa y el amarillo de Nápoles.
Tirso había cubierto los cristales de la ventana que daba al patio con pedacitos de papeles de colores chillones, casados con muy mal gusto y formando caprichosas figuras geométricas. La luz del sol, teñida y desvirtuada por el improvisado trasparente, daba al cuarto una entonación abigarrada. Aquello parecía la caricatura de una vidriera gótica.
No había estera ni alfombra, a no contar la que rendía homenaje al sofá; era de moqueta y representaba un canastillo de rosas encarnadas, verdes y azules. Era el gusto de S. I. De las paredes del Norte y Sur pendían sendos cuadros de Cenceño, pero retocados con colores chillones que daban gloria; los otros muros los adornaban grandes grabados ingleses con marco de ébano.
Así llegó lentamente a la tienda de campaña objeto de admiración de los bañistas modestos reducidos a una simple caseta decorada con oropeles chillones o con adornos japoneses baratos.
Con el sombrero sostenido por ambas manos y la cabeza inclinada, precedían humildemente á sus imágenes. Confundidos entre ellos pasaban sus chicuelos envueltos en ponchos rayados de rojo y negro, y sus mujeres, gordas y lustrosas mestizas, que parecían vestidas de máscaras á causa de sus faldas de colores chillones, verde, rosa ó escarlata.
Mientras ella gemía por la estrechez de la casa, por la orientación defectuosa de las habitaciones, todas al Norte, y la fealdad de los papeles chillones, Julieta estaba en su oficina oyendo en silencio las explicaciones de la empleada saliente, la señorita Beaudoin, solterona impenitente que se había puesto amablemente a su disposición, pero que no limitaba desgraciadamente sus buenos oficios a lo referente a los «Correos y Telégrafos» y añadía un curso variado de economía doméstica, de conveniencias mundanas y de moral de las familias, mas un compendio histórico y biográfico de Candore y sus habitantes, sin olvidar la presentación obligatoria de todos los que asomaban la nariz por la ventanilla, y Dios sabe qué desfile era aquél...
En las paredes se confundían en lamentable mezcolanza paisajes tranquilos y azulados, pintados en Canton y en Hong Kong, con los cromos chillones de odaliscas, mujeres semidesnudas, litografías de Cristos femeniles, la muerte del justo y la del pecador, hechas por casas judías de Alemania para venderse en los países católicos.
Aún no había llegado el cantaor a mitad de su lenta copla, cuando sonaba otra voz, y luego otra, como si se entablase un pugilato musical, y la calle se poblaba de invisibles pájaros, unos roncos, con estremecimientos de pulmón quebrantado, otros chillones, con alarido perforante que hacía pensar en un cuello rojo e hinchado próximo a desgarrarse.
La última vez que los vió, antes de doblar un recodo del sendero, el más joven de los saltimbanquis se había subido sobre los hombros de su compañero y desde aquella altura lo saludaba con dos banderolas de chillones colores, que agitaba sobre su cabeza. Roger les hizo un ademán de despedida y emprendió sonriente el camino de Munster.
Los recuerdos de la niñez seguían despertándose en él a la vista de la vieja escalera con su pasamano de caoba, rematado por un leoncito borroso y gastado, y de sus peldaños de azulejos del siglo anterior, en los cuales veíanse navios sobre un mar morado, con banderas más grandes que el casco, embozados de gruesas pantorrillas blancas con sombrero de picos y huertanas con cestos de frutas, todo en colores tostados y chillones.
Palabra del Dia
Otros Mirando