Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 30 de abril de 2025
Pues bien; que se modifique un poco la forma de nuestro oído, y las sinfonías de Beethoven serán verdaderas cencerradas; que se cambie el funcionamiento de nuestra retina, y todos los cuadros célebres habrá que quemarlos, porque nos parecerán lienzos manchados por un juego de niños... que se transforme nuestro cerebro, y todos los poetas y los pensadores resultarán pueriles idiotas.
Al principio creí que aquella circunspección procedía de considerarse ya demasiado formales para corretear, y me pareció cómica; pero observando mejor, me convencí de que algo serio pasaba entre ellas, y como no tenía otra cosa que hacer, cambié de silla disimuladamente y me acerqué cuanto pude a fin de averiguarlo.
Si te conformas con eso, hoy, mañana, cuando quieras, cuando cambie tu suerte, o en cualquier tiempo, que yo a todo me avengo y no busco riquezas ni lujos, y sólo vivo para amarte, dame tu nombre, seré tu esposa, y viviremos felices. ¿No es cierto, mi Rorró, que basta muy poco para que dos que se aman como nosotros sean dichosos?
Ello es que eché un sueño, y cuando me desperté sobresaltado y miré el reloj eran más de las nueve y media. Me puse el sombrero y salí corriendo; pero cuando puse el pie en la calle y se me ofreció repentinamente a la imaginación la bofetada del Naranjero y el peligro que corría, volvime y a toda prisa cambié de traje y de sombrero.
Al principio creí que aquella circunspección procedía de considerarse ya demasiado formales para corretear, y me pareció cómica; pero observando mejor, me convencí de que algo serio pasaba entre ellas, y como no tenía otra cosa que hacer, cambié de silla disimuladamente y me acerqué cuanto pude a fin de averiguarlo.
Jamás cambie usted respecto del sentimiento nativo que tiene usted tocante a las unas; y cuanto a los otros espere que llegue el día en que los conozca. «Escríbame con más frecuencia. No me diga que ya conozco su vida y que no tiene nada que referirme.
Cambié de observatorio, por razones que no le importan un rábano al lector, y durante tres años nada supe de estos personajes. Un día me llevaron mis recuerdos y mis inclinaciones á visitar la calle en que los había conocido. Busqué con afán la casa que habitaron; pero no di con ella. En su lugar se alzaba otra flamante, con balcones de hierro y vidrieras con cortinillas.
Es una garantía. ¿El ser moreno es una garantía? dije dando una carcajada. ¡Ah! querida abuela... Y aprovechando la alegría que se leía en el semblante de la buena señora, cambié bruscamente de conversación. ¿Sabes dije, que las leyes, según este librote, se acordaban en otro tiempo con la religión para condenar el celibato?
Yo me enloquecía, y resolví hacer pagar al inglés maldito los remordimientos que me despedazaban. Pasé á la Guadalupe, cambié mi nombre y consagré la mayor parte del precio de mi delito á la compra de un brick armado, y corrí sobre los ingleses. He lavado durante quince años en su sangre y con la mía la mancha que en una hora de debilidad había arrojado sobre el pabellón de mi patria.
Me retiré a mi aposento, cambié lentamente el traje negro que me había puesto para la ceremonia por el de casa, dejé pasar, con una impaciencia mortal algún tiempo, y luego abrí silenciosamente la puerta de escape de mi alcoba, y me acerqué, sin causar el más leve ruido, a la otra puerta de escape del dormitorio de Amparo.
Palabra del Dia
Otros Mirando