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Actualizado: 4 de junio de 2025


Porque nos hallábamos en los confines de la China. Más allá está la Mongolia, la «Tierra de las hierbas», inmenso prado verde obscuro, bordado de flores silvestres. Allí se extendía la inmensa planicie de los nómadas.

Lo veía encerrado para siempre en aquel recinto de dolor y de miseria y aceptaba su espantoso porvenir con ánimo sumiso. Un impulso de agradecimiento se apoderó de su pensamiento; levantó los ojos al cielo, y en aquel imponente silencio de la mar desierta, bajo el firmamento bordado de estrellas, rezó en acción de gracias á la divinidad que le había salvado.

Ha poco le disteis el medallón de los rubíes, luego vuestra daga de oro y un talabarte bordado, ¡y a nada, nada!, y me dejáis andar por la ciudad pobre y andrajoso como un villanejo. Para un hermano el festín, para el otro el hueso y la asadura. ¿No nos parió ¡voto a Cristo! el mesmo vientre?

Según los ejemplares existentes en la Armería Real, es de damasco carmesí, bordado y recamado de oro, mostrando en una cara la imagen de Jesús crucificado y la de la Virgen María en la otra. Adórnanlo cordones y borlas de seda y oro.

Repito que es una idolatría como otra cualquiera, y no necesito decir si la idolatría es ó no inmoral. Hablar de la industria equivale á hablar del comercio. Un día pasábamos por la calle de Richelieu y vimos un magnífico chal bordado de oro. Yo tenia gana de saber su precio, así como de ver el arreglo interior del almacen, y propuso á mi mujer que entráramos.

Sobre las puntas de las caperuzas movíanse con la brisa los pendoncillos de la cofradía, rectángulos de terciopelo negro con franjas de oro y bordado en ellos el anagrama romano S. P. Q. R., para recordar la intervención del Procurador de Judea en la muerte del Justo.

En una de las noches de representación se hallaba á mi lado una elegante y airosa mestiza, la misma que había costeado los trajes de la reina mora. Esta se encontraba en escena luciendo un primoroso manto bordado de oro, y á su vista no pude menos de felicitar á la dueña por su exquisito gusto.

Magdalena se hizo la sorda y ofreció a su abuela un almohadón bordado como recuerdo del día de año nuevo. Recibí, en cambio, un gran cuello de encaje de Venecia, del que tenía yo mucha gana, y que excedía mucho de los recursos de mi modesta pensión. La abuela, que es inflexible en la economía, me asigna 100 pesos al año para vestirme y para mis gastos personales.

Las mujeres prefirieron casi todas ir en la jardinera acompañando á la novia. Esta, después de haberse despojado de la mantilla, se había echado encima del traje negro de seda con que se casara un espléndido pañolón de Manila azul bordado en blanco. La mayoría de las otras iban adornadas con prendas semejantes.

A veces interrumpía Ana estas comunicaciones impenetrables, diciendo: Pero, mujer, ¿no ves cómo va ese bordado? ¿En qué estás pensando?

Palabra del Dia

vorsado

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