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Actualizado: 26 de septiembre de 2025
¿Con que está arriba don Pompeyo? preguntó en la escalera don Custodio. Sí; no sale de casa estos días; mi padre me arroja a mí de su lado y clama por ese hereje chocho.... Don Pompeyo Guimarán oyó la voz del beneficiado y le sonó a cura. Se preparó a la defensa, y procuró tomar un continente digno de un libre-pensador convencido y prudentísimo.
No he visto en el distrito de Buenos Aires parage alguno tan capaz de ser beneficiado como este: el único inconveniente á que está sugeto, es la falta de maderas para la fábrica de casas; lo que en pocos años, y con no mucho trabajo se podria remediar, mayormente cuando hay materiales bastantes para fabricar casas, que podrian durar y servir, cubriéndolas de cañas, hasta que tuviesen lo necesario para hacerlas mejor.
¿Sabe usted lo que ahora me viene a la memoria? dijo Tomasa . Pues me acuerdo de otra vez que nos vimos aquí mismo, en este jardín, hace una friolera de años: lo menos cuarenta y ocho o cincuenta. Yo estaba con mi pobre hermana mayor, que acababa de casarse con Luna el jardinero. Por el claustro andaba rondándome el que luego fue mi marido. Vi entrar en el cenador un hermoso soldadote, un sargento, con gran ruido de espuelas, el chafarote al brazo y un casco con rabo, como el de los judíos del Monumento. Era usted, don Sebastián, que había venido a Toledo para ver a su tío el beneficiado, y no quería marcharse sin visitar a su amiga Tomasita. ¡Y qué guapo estaba usted! Es la verdad; no lo digo por adularle. ¡Tenía usted un aire de pillo para las muchachas! Hasta recuerdo que me dijo algo sobre lo hermosa y fresca que me encontraba después de los años de ausencia. A usted no le sienta mal que recuerde esto, ¿verdad? Eran chicoleos de soldado. ¡Tantos diría entonces! Cuando se fue usted, dijo mi cuñado: «
Hémosle dicho tus buenas habilidades, y deseamos que las muestres y nos saques verdaderos; y así, te ruego por tu vida que te sientes y cantes el romance de tus amores que te compuso el beneficiado tu tío, que en el pueblo ha parecido muy bien. -Que me place -respondió el mozo.
Estas crisis del ánimo solían provocarlas noticias del personal: el nombramiento de un Obispo joven, por ejemplo. Echaba sus cuentas: él estaba muy atrasado, no podría llegar a ciertas grandezas de la jerarquía. Esto pensaba, en tanto que el beneficiado don Custodio le aborrecía principalmente porque era Magistral desde los treinta. Don Fermín contemplaba la ciudad.
Para evitar estos daños y molestias, el dean D. Fernando y el cabildo hicieron un Estatuto, determinando que el beneficiado que hubiese gozado pacíficamente su prebenda por un año, pudiese ir á Roma ó á cualquiera otra parte á seguir su derecho, teniéndole por presente mientras durase el litigio; pero que si constase que alguno habia cooperado maliciosamente en la impetra por gozar de este indulto, le perdiese con el duplo de lo que habia de percibir, y fuese multado á juicio del cabildo.
Si resultó lo contrario, bien pudo decir Fernando de Rojas lo que dice el beneficiado: «que si la juventud tomase de aquí ocasión para pecar, eso no es culpa de esta obra, sino de nuestra mala condición, la cual, como estómago muy corrompido, la medicina que se le da para su salud la convierte en malos humores.»
Pues bien, á ese bracero nadie le ha preguntado quién es cuando llegó esta mañana á ese late, cogió una herramienta, cortó un pono, limpió sus hebras, las acumuló con las de otros y al caer el sol colgará de la romana el montón de blanco filamento, y ya sabe que si ha beneficiado una arroba, media es suya, recibiendo en el acto el precio de su trabajo.
En efecto, llegaron al zaquizamí desnudo y frío en que yacía aquella víctima del alcoholismo crónico los enviados de San Vicente de Paúl, que eran doña Petronila, o sea el gran Constantino, y el beneficiado don Custodio, la hija de Barinaga, la beata paliducha y seca, los recibió abajo, en la tienda vacía, lloriqueando.
Respondióle que un beneficiado de aquel pueblo, que tenía gentil caletre para semejantes invenciones. -Yo apostaré -dijo don Quijote- que debe de ser más amigo de Camacho que de Basilio el tal bachiller o beneficiado, y que debe de tener más de satírico que de vísperas: ¡bien ha encajado en la danza las habilidades de Basilio y las riquezas de Camacho!
Palabra del Dia
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