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Actualizado: 7 de julio de 2025
Su ambición y sus propósitos no debieron de ser pequeños si los calculamos por la significación del nombre que él como trovador y aventurero de armas tomar había adoptado. Fray Miguel se había llamado Morsamor en el siglo. Sus versos fueron tan malos o fueron tan infelices que no entraron en ningún Cancionero, aunque en muchos Cancioneros abundan los detestables, tontos o fríos.
El agente del Prior instruye al joven aventurero en todas las particularidades, que estima eficaces para el engaño proyectado, y lo lleva un día á Madrigal, población insignificante de Castilla, en donde vive una tía del verdadero Don Sebastián, Doña Ana de Austria, monja de un convento.
Lo ruin de su hacienda puso en confusiones a nuestro mozo, que no sabía qué hacer con aquella criatura que la desgracia le había deparado y que por su buen corazón había acogido; llevarla a una posada ser no podía, que las posadas estaban de ordinario llenas de gente mala y licenciosa, y más entonces, que por la empresa que se preparaba contra el turco, había en Sevilla cuatro banderas de infantería, a las que alistados los unos por su amor a las armas y por lo grande del propósito, otros por su necesidad, y muchos por tener la inmunidad de bandera para escapar de las garras de la justicia por desaguisados que habían cometido, acudían a centenares soldados, que se desbandaban por la ciudad y llenaban los mesones y las hospederías, gastando alegremente el dinero que se les daba de enganche; hervía, otrosí, Sevilla de marinería y gente de leva de las galeras que en el Guadalquivir estaban para embarcar la gente que se reclutase, y no podía llevarse a cualquier parte, y dejarla sola, a una doncella tal como Margarita, cuya hermosura era bastante, no ya para excitar a soldado aventurero o galeote dejado de la mano de Dios, sino al mismo anacoreta San Antonio el del yermo.
Bien se echa de ver que la paz de Bretigny no ha procurado gran sosiego á esta región, dijo el señor de Morel. En ella parecen haberse congregado cuanto malsín y aventurero quedaron por Francia y Aquitania después de la guerra, gente sin fe ni ley que vive del despojo y la violencia. Aquellas altas torres que allí véis pertenecen á la villa de Cahors, y más allá queda la tierra de Francia.
Que el aventurero estaba en comunicación secreta con Mabel lo probaba el hecho de que ciertos cheques firmados por ella habían pasado por sus manos para ir al Banco; sin embargo, aun cuando parezca muy extraño, aparentaba completa ignorancia al respecto y declaraba no saber dónde se encontraba.
Perea tenía mucho de aventurero y no poco de valentón, y así fué que no tardó en ponerse en contacto con gente de baja ralea, y bien fuera por convicciones, bien por buscar con aquello medios de ir viviendo, dedicóse, embozada y ocultamente, á hacer propaganda de luteranismo en terreno que, ciertamente, no estaba preparado para que la semilla fructificase, como antes había sucedido.
Admiraba á aquel primo aventurero desde mucho antes de conocerlo. Una tarde, contó el marinero á las dos mujeres cómo se había salvado en la costa de Portugal. La madre le escuchó volviendo la vista, temblándole las manos al mover los bolillos de su encaje. De pronto sonó un alarido. Era Cinta, que no podía escuchar más.
La joven estaba sencillamente influida por el genio aventurero de su raza, por el desconocimiento de los obstáculos que caracteriza á las grandes fortunas y por la inconsciencia de las leyes que es propia de la mujer. ¿Ir á Numea? preguntó Sorege con su voz falsa. ¡Triste expedición!
Teodoro, que era el mayor, fue médico antes que Carlos ingeniero. Ayudó a éste con todas sus fuerzas mientras el joven lo necesitara, y cuando le vio en camino, tomó el que anhelaba su corazón aventurero, yéndose a América. Allá trabajó juntamente con otros afamados médicos europeos, adquiriendo bien pronto fama y dinero.
Esto, las voces que habían corrido acerca de las opiniones últimamente adoptadas por su amigo y la circunstancia de haber partido en el mismo día en que murió Su Majestad, llevaron a Cordero de cavilación en cavilación hasta ponerle en el trance de creer lo que el día anterior le parecía increíble. No pensaba andando hacía su casa , aquel tesoro no puede ser para un aventurero.
Palabra del Dia
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