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Actualizado: 13 de julio de 2025
Y don Marcelo tuvo que hacer grandes esfuerzos para que su hija desistiese de esta testarudez dolorosa que la impulsaba á exigir un viaje inmediato al frente, atropellando obstáculos, hasta llegar al lado del herido. El senador acabó de convencerla. Había que esperar; él, que era su padre, tenía que resignarse. Estaba gestionando que René fuese trasladado á un hospital de París.
Con esto alborotáronse los inquisidores; i asi dispusieron los de Toledo, con acuerdo i consentimiento del cardenal don Gaspar de Quiroga, que fuese reconocida i calificada; i así en efecto se practicó, atropellando por los respetos debidos á los muchos sabios i altos personajes que tuvieron parte en la publicacion de esta Biblia, i sin parar la atencion en las consultas que precedieron, i en las providencias que se tomaron para mas acertar en la empresa .
Movió el príncipe la cabeza, murmurando palabras de afirmación: «Sí; perdonaba.» No quería dejar sobre la otra el más leve peso de su dolor; lo guardaba todo para él... Pero á continuación no pudo resistir el empuje de este mismo dolor deseoso de exteriorizarse, y sintió extrañeza ante las palabras que se le escapaban, atropellando su voluntad. ¡Yo también, lady, soy muy desgraciado!
La mayor parte del público no pudo ocultar su regocijo al ver que se abría la puerta de la habitación donde estaba instalada la mesa. Muchos corrieron, atropellando á los demás, para entrar los primeros. La Titonius, apoyada en un brazo del ingeniero, le miraba de muy cerca con ojos de pasión.
Si don Carlos lo cogió... Hombre, no tengas cuidado. ¡Paciencia! Mañana será otro día. Yo, con ese temor, me he guardado muy bien de traer el dominó, cuyas señas le daba en la carta. Hiciste muy bien. Perfectísimamente repetí yo para mí, y salimos riendo de los azares de la vida. Bajamos atropellando un rimero de criados y capas tendidos aquí y allí por la escalera.
Los gritos de la vieja y sus entusiastas arrumacos, haciendo reír a los empleados del hotel, rompieron la severa consigna que retenía en la puerta de la calle a un grupo de curiosos y pedigüeños, atraídos por la presencia del torero. Atropellando mansamente a los criados, se coló en el vestíbulo una irrupción de mendigos, de vagos y de vendedores de periódicos.
Era el tío Frasquito, que llegaba atropellando la consigna de no permitir la entrada en aquel recinto, apresurado y ansioso por ver lo que pasaba en el congreso femenino, luciendo una corbata vistosísima, prenda hermafrodita en que profundos observadores suelen encontrar, reflejado con frecuencia, el carácter moral del individuo.
No es razon que haya quien diga al mundo, que pudo mas en vuestros corazones el torpe miedo que la memoria de las heróicas hazañas que consiguieron vuestros abuelos, i de las que nos han hecho tan famosos i tan temidos, tan respetados i tan potentes.» I dando riendas á su feroz caballo, se entró en el ejército godo, atropellando é hiriendo á cuantos intentaban vanamente cerrarle el paso.
Mandóles que callasen, y que él consultaria lo que se debia hacer, y que consultado lo ejecutaria. En este mismo tiempo la honra y merced que Andronico hizo á Berenguer, irritó el ánimo de Miguel Paleólogo para nuestra ruina, y persuadido de los Griegos comenzó luego á tratar de ella, intentando para esto todos los medios más eficaces que pudo, atropellando leyes divinas y humanas.
Siempre acaban por someterse con cierto agradecimiento al hombre enérgico que las impresiona.» Este fué su primer instante dichoso después de varios días. Volvió á ser aquel príncipe Lubimoff que había impuesto casi siempre su voluntad, atropellando los obstáculos, unas veces con su dinero, las más con un orgullo imperioso.
Palabra del Dia
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