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Actualizado: 6 de noviembre de 2025
Sólo las olvidaba para atender al cuidado del marido, preocupándose de los más pequeños detalles de su bienestar. Era su deber. Conocía desde niña cuáles son las obligaciones de la esposa de un capitán de buque cuando se detiene en su casa por unos días, como un pájaro de paso. Pero á través de tales atenciones, Ulises adivinó la presencia de un obstáculo inconmovible.
Mientras tanto el P. Norberto estaba sorprendido y confuso por las inusitadas atenciones de que era objeto por parte de Cándida. El pobre no estaba acostumbrado a que se las prodigasen. El bello sexo de Peñascosa le profesaba cierto desdén compasivo. Teníasele por un sacerdote virtuoso, pero de muy cortos alcances.
Sus atenciones, sus frases de cariño eran exageradas unas veces: quería borrar con ellas el pensamiento que claramente leía en los ojos de aquélla. Otras veces, imaginando que podrían servir para que sospechase de su sinceridad, las atajaba de golpe y tomaba una actitud indiferente y fría.
La tributación que estaba obligado á satisfacer el indio súbdito de España era enorme y onerosa: contribución á la Hacienda; prestación personal; diezmo y santorun á la iglesia, mas las contribuciones extraordinarias para las atenciones de guerra, arrebataban al pobre cultivador el total beneficio obtenido en sus industrias.
Además, la joven estaba tan habituada a los cuidados, a las atenciones de Juan, que le parecían perfectamente naturales. ¿No habría acaso también en el fondo de aquel ser de gracia y de belleza, algún otro sentimiento? Aunque Juan se hubiera transformado, ¿no permanecería siendo para ella, el hombre del pueblo que debía su elevación a la generosidad del señor de Chanzelles?
¡Ya lo creo! exclamó D.ª Serafina, comiéndose con los ojos a su capellán. Y volvió a comenzar entre ellos el tiroteo de miraditas y guiños, prodigándose mil atenciones tiernas que denotaban un estado de felicidad perfecta. La llegada de D.ª Rita no turbó poco ni mucho su éxtasis delicioso.
"El cuerpo, que es el irreconciliable enemigo del alma en la doctrina cristiana" está recibiendo ahora, hasta de los creyentes en la virtud póstuma, de la mugre y de las llagas, atenciones que el gran Pascal hubiera considerado pecaminosas.
Hasta el presente es sólo a mí, de toda la familia, a quien quiere. Claro está que no hablo del pequeño marqués: ya sabe usted que lo quiso desde el primer día. En cambio manifiesta a mi pobre hijo una indiferencia que se parece mucho al odio. También es verdad que ya no le maltrata como antes y soporta sus atenciones con una especie de resignación.
El dueño de la fonda me lo presentó como un antiguo huésped á quien debía muchas atenciones. Si me negaba á compartir con él mi cuarto, se vería en la precisión de despedirle por tener toda la casa ocupada, lo cual sentía extremadamente.
Me apoderé de Lea por el aspecto exterior de mi vida, que era justamente aquel á que le hacía más sensible su naturaleza italiana. Más que mis atenciones, mis cuidados y mi ternura, ganaron su voluntad mi carruaje correctamente enganchado y esperando á su puerta, mis elegantes libreas, el refinamiento de mi porte, la sonoridad de mi nombre y la autenticidad de mi título.
Palabra del Dia
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