Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de mayo de 2025
¡Cómo temo por su destino! dijo Mina . Paso las horas mirándolo en silencio. ¿Qué será? ¿qué saldrá de él?... A veces creo que puede ser un grande hombre, un genio, ¡quién sabe! Las madres nos creemos todas predestinadas a dar prodigios al mundo. Dice cosas superiores a su edad. ¡Y ese gesto grave, como si le bullesen en la cabeza pensamientos que no acierta a formular!... Otras veces me asusto.
Dile, hija mía, que es inútil todo remedio, pues la enfermedad de ese cliente es mortal. »Y al ver que yo no podía contener mis lágrimas, agregó: » No llores, Antoñita, no te intereses por esa persona. Aún le restan algunos meses de vida y entretanto estará Amaury de vuelta. »¡Dios mío! ¡Me asusto al pensar en que mi tío pueda morir estando usted tan lejos y yo aquí sola, absolutamente sola!
Después que él, como director del combate, diese la voz de «¡Fuego!», contaría lentamente «Uno, dos, tres». Podían apuntar y disparar en este espacio de tiempo. ¡Mucha atención, teniente! Don Marcos habló con una gravedad trágica. Si hace usted fuego antes del uno ó después del tres, será declarado felón. Esto de ser declarado felón asustó al joven.
Pero a los pocos días, un esputo de sangre, que arrojó al toser, le asustó. ¿Estaría tísico? Semejante idea le llenó de espanto. Nunca había pensado en la muerte, sino como elemento artístico que utilizaba para sus poemas románticos, sacándola a relucir, demasiadamente por cierto, en apoyo de la sinceridad de sus ansias amorosas, y como medio de conseguir un bálsamo para sus penas.
Corrí también allá, y entonces un casco de metralla me hirió en el hombro, lo que me asustó en extremo, creyendo que mi herida era mortal y que iba a exhalar el último suspiro. Mi turbación no me impidió entrar en la cámara, donde por la mucha sangre que brotaba de mi herida me debilité, quedando por un momento desvanecido.
Porque la pérdida de su mano no reparaba su error respondíale, que por ello Pórsena no quedaba ni más ni menos vivo, ni resucitaba el secretario. Bien, chiquita; pero Pórsena se asustó y levantó el sitio inmediatamente. Eso, señor cura, no prueba sino que Pórsena era un mandria. Concedido. Pero Roma quedaba libre, y ¿gracias a quién? ¡gracias a Scévola, gracias a su acto heroico!
No hay que decir que la lavanderilla se asustó y afligió con esto, resignándose a no dormir, como a no comer se había ya resignado; y para distraer el hambre y el sueño se puso a registrar cuantos objetos había en la alcoba, llevando su curiosidad hasta levantar las colgaduras y los tapices.
Dupont abría sus ojos desmesuradamente para expresar el asombro y la repugnancia que le inspiraban los nuevos rebeldes. Y no creas, Fermín, que yo soy de los que me asusto por lo que ese Salvatierra y sus amigos llaman reivindicaciones sociales.
Pero la joven se asustó, pensando que si decía la verdad podía exponer a su benefactora a un peligro. Se puso a balbucear y dijo: Un ruido, un crujido... No me hagas hervir la sangre, ¡desgraciada! dijo Mathys . Vamos, ¿qué es lo que has oído? Sin duda a los pájaros nocturnos en la torre.
Al llegar aquí Juan se asustó, creyendo que se le había ido un poco la lengua, y cayó en la cuenta de que si Fortunata era como él decía, si no tenía complexión viciosa, mayor, mucho mayor era la responsabilidad de él por haberla perdido. Jacinta hubo de pensar esto mismo, y no tardó en manifestárselo. Pero el prestidigitador acudió a defender la suerte con la presteza de su flexible ingenio.
Palabra del Dia
Otros Mirando