Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 12 de julio de 2025
El movimiento del baile actuó sobre ella y sobre mí en sentido contrario: ella recobró su libertad y se puso contenta; yo me entristecí tanto más cuanto más alegre la veía y mi desasosiego creció a medida que iba descubriendo en ella atractivos exteriores que trocaban una criatura casi angelical en una perfecta mujer de buen tono.
Por último, acordáronse de un virtuoso anciano, muy querido de todos por su carácter angelical, y respetado de sus mismos superiores por ser el más antiguo y el más docto de los monjes, crónica viva y archivo ambulante de la historia, usos y tradiciones de la casa.
Porque la cosa era grave... ¡Un hijo del Delfín! ¿Sería verdad? Virgen Santísima, ¡qué novedad tan estupenda! ¡Un nietecito por detrás de la Iglesia! ¡Ah!, las resultas de los devaneos de marras... Ella se lo temía... Pero ¿y si todo era hechura de la imaginación exaltada de Jacinta y de su angelical corazón? Nada, nada, aquella misma noche al acostarse, le había de contar todo a Baldomero.
El primero, muy orondo y gravedoso, con vestido negro y sombrero de seda, dejando ver entre las solapas de la levita voluminoso papasal; el segundo no se echó encima el fondo del baúl, iba con el traje diario, pero aseado y limpio, y fingía una modestia verdaderamente angelical.
Sor Antonia, que era la bondad misma, mirábala con toda la severidad que cabía en su carácter angelical, y Mauricia le devolvía la mirada con insolente dureza, diciendo: «Si no he sido yio... amos, si no he sido yio... ¿Para qué me mira usted tantooo?... ¿Es que me quiere retrataaar...?». Aquel día, Sor Antonia llamó a la Superiora, que era una vizcaína muy templada.
Viva tranquila; tampoco ha menester careta. ¿Veis su cara angelical? ¡Qué suavidad! ¡Qué atractivo! ¡Cuán fácil trato debe tener! No puede abrigar vicio alguno.
Bajó éste con el capuchón de reglamento. Al quitárselo y dejar al descubierto su hermosa cabeza blonda, D.ª Rafaela no pudo menos de recordar las estampas piadosas que representan a los primeros mártires del cristianismo en los calabozos de Roma. La luz, dando de lleno en aquella cabeza angelical, hacía resaltar como en apoteosis la delicadeza de sus facciones, la seráfica limpidez de su mirada, las tintas sonrosadas de sus mejillas.
Guillermina se quedó atontada cuando oyó esta atrocidad: «¡Angelical!... sí, todo lo angelical que usted quiera; pero no tiene hijos. Esposa que no tiene hijos, no es tal esposa». Guillermina se quedó tan pasmada, que no pudo responder.
Desde el gabinete se veía toda la cavidad de la alcoba, donde la gran cama dorada se alzaba como un catafalco, elevando hasta muy cerca del techo su armadura de cobre, sin cortinas. La alcoba se comunicaba con otro cuarto, del cual venían dos voces distintas, pero acordadas en un tono de candorosa alegría. Era la una dulce, angelical y ternísima.
En las escenas que siguen se describe la fiesta de la Ascención, que se celebra con la mayor pompa. Juanico, niño de angelical belleza y singular piedad, sale en compañía de sus padres para asistir á la procesión; cuando ve pasar ante sí la imagen de la Virgen en toda su gloria, rodeada de ángeles, exclama: Bien quisiera Ser desse Sol resplandor Algún ángel esta tarde.
Palabra del Dia
Otros Mirando