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Actualizado: 24 de mayo de 2025


Marcos Divès, de pie en medio de otro grupo, del que sobresalía completamente su cabeza, hablaba y gesticulaba, señalando ya a un punto de la sierra ya a otro. Frente a él se hallaba el anciano pastor Lagarmitte, con una amplia blusa gris, una larga trompa de madera colgada del hombro y su perro. Lagarmitte escuchaba al contrabandista con la boca abierta y de vez en cuando inclinaba la cabeza.

Cruza su rico traje de terciopelo obscuro con pasamanería de oro una banda roja: al fondo hay un cortinaje rojo, y sobre un almohadón se ve el sombrero de terciopelo con plumas blancas. El enano, situado un peldaño más abajo que su amo, vuelve hacia éste la enorme cabeza: lleva amplia valona lisa y cadena al cuello; un delantal le cubre la parte inferior del cuerpo.

Por las ventanas del aposento de Magdalena no salía ni un rayo de luz. En medio de la oscuridad en que estaba envuelto el edificio, tan sólo una ventana aparecía iluminada en aquella amplia fachada: la del doctor Avrigny. Amaury dirigió a ella su mirada, sintiendo en su pecho la inquietud de un vago remordimiento.

Sabemos que en la lengua de muchas de aquellas tribus, en la de los bagobos, por ejemplo, el prefijo taga tiene la misma acepción que en tagalog y más amplia aún, porque allá tiene la significación de hombre que posee ó lleva tal ó cual objeto, precedido por dicho prefijo.

Después, se da por satisfecho con un estipendio parecido al de un albañil y con que le digamos: «¡Amigo, qué bonito libro ha escrito ustedEl paseo de la Castellana, que sigue a la plaza de Colón, consiste en una amplia carretera para los caballeros y dos caminos estrechos a los lados para los peones.

Las nubes esparcidas a ras del mar parecían bullones y pliegues de una vestidura que ocultaba su inmenso esqueleto; y otras nubes flotantes en lo alto, una amplia manga, de la que se escapaban vapores más sutiles e indecisos formando un brazo de hueso rematado por un índice seco y corvo como una uña de presa, señalando lejos, muy lejos, el destino misterioso.

Formábanse los músicos de dos en dos, y tras ellos se agitó el comandante dando órdenes en varias lenguas, acariciándose la amplia barba y saludando a las señoras. Rogaba a todos que se agrupasen en parejas. Iba a empezar la fiesta con la polonesa tradicional, solemne paseo por las cubiertas antes de llegar al comedor convertido en salón de baile.

La casa del alcalde era amplia, hermosa e indicaba el bienestar de su dueño. En el patio, rodeado de rústicos corredores, y plantado de castaños y nogales, se habían extendido numerosas esteras. Para los ancianos y enfermos se había reservado el lugar que estaba al abrigo del frío, y para los demás se había destinado la parte despejada del patio, en el centro del cual ardía una hermosa hoguera.

La excursión ofrecía poco peligro; la noche era clara, el camino hasta Zenda, muy concurrido y lo único que hice fue envolverme en una amplia capa. Un lacayo nos seguía a distancia. Tarlein dije al llegar a la población; en la posada adonde nos dirigimos hay una muchacha muy linda. ¿Cómo lo sabe usted? preguntó. Porque he estado en ella. ¿Desde?... No, antes. Pero le reconocerán a usted.

Cuando, transcurridos más de dos meses, Lorenzo y Ricardo resolvieron regresar a Buenos Aires en plena y amplia posesión de la salud físico-moral que habían readquirido por la acción exclusiva y constante de Melchor, éste les manifestó el propósito de quedarse en la estancia «durante algunos días más». No te quedes, ¿para qué? vente con nosotros le repetía Lorenzo. Tengo que hacer aquí.

Palabra del Dia

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